Arias se olvidó de sus promesas a las caseritas del mercado Camacho

Las vendedoras reclaman refacciones estructurales y ruegan al alcalde que solucione al menos las goteras, ya que cuando llueve lo hace más al interior del mercado.

Las lluvias de la temporada hacen que la gente busque refugio en el mercado Camacho, pero lastimosamente allí llueve más que afuera.

Hace 12 años se anunció la inauguración de un moderno complejo comercial, que fue construido en sustitución del mercado popular Camacho, el cual fue demolido en diciembre de 2008.

Las promesas a las vendedoras fueron muchas para dejar el confort de su fuente laboral para dar paso a la modernidad de la ciudad, pero al parecer todo fue un engaño, pues hoy se ven goteras, el cielo falso y las paredes ya están deterioradas.

Hoy, el mercado Camacho luce su mejor rostro en el patio de comidas, locales comerciales e incluso en los espacios dedicados a la ciudadanía, pero las vendedoras del mercado son quienes sufren la peor parte.

“Desde hace cuatro años empezó a filtrar el agua y hace dos con más intensidad, ya no podemos trabajar, en tiempo de lluvia todo el primer nivel es un lago”, lamenta la secretaria de Relaciones del mercado Camacho, Elsa Huayllas.

El lugar pasó de ser un mercado a ser meramente un centro de entretenimiento. El subsuelo fue abandonado porque ya nadie quiere visitarlo por las malas condiciones en las que se encuentra.

“El mercado está abandonado y más aún con el agua que entra, por eso hemos colocado calaminas porque cuando llueve, el agua entra a los puestos; muchas compañeras perdieron productos, se echaron a perder por el agua”, explica Huayllas.El costo total de la obra fue de 52 millones de bolivianos en la gestión de Luis Revilla y fue financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero desde la inauguración solo se refaccionaron algunos de los vitroblocks, cuya funcionalidad es dar luz natural dentro del mercado, ya que debajo de la plaza está el mercado.En diciembre de 2018 y con una inversión de 100 mil bolivianos, la comuna realizó la refacción de distintas áreas del mercado Camacho que tenían filtraciones, pero esa reparación duró poco.Las quejas fueron efectuadas de manera formal con cartas y mediante entrevistas personales, pero la actual administración edil les dijo que no había dinero para las reparaciones y les pidieron que paguen las vendedoras la mitad de la millonaria reparación que requiere la infraestructura.

Elsa sabe bien que el mayor culpable fue Luis Revilla, que descuidó el mantenimiento y que permitió que en su gestión se realice en la Plaza, que sirve de techo del mercado, eventos masivos en el que maquinaria pesada desacomodó los vitroblocks por donde filtra el agua. Incluso muchos de ellos se rompieron provocando accidentes en los transeúntes.

Promesas rotas

En campaña electoral, el candidato Iván Arias visitó a las vendedoras prometiendo que se encargaría de las refacciones y de darles las comodidades que necesitaban, pero a un año de esa visita el mercado fue abandonado.

“Señor alcalde, Iván Arias, le pedimos por favor que no se olvide de nosotros, cuando vino a visitarnos lo hemos apoyado, le dimos todos los votos y usted se ha comprometido con venir a ayudarnos. Usted sabe que tenemos aquí muchas falencias, necesitamos por favor su colaboración, señor alcalde”, pidió la maestra mayor del mercado, Elva María Chura Conde.

Quienes venden verduras, abarrotes y carne, en su mayoría, son mujeres que claman por la ayuda, muchas son adultas mayores que ya no tienen la fuerza necesaria para reclamar o para hacer el trabajo de reparación que se necesita.

“Queremos una entrevista con el alcalde, ojalá nos reciba porque cuando ha hecho propaganda para ser Alcalde ha venido a prometernos que se iba a ocupar del mercado y eso estamos esperando, y ya es más de un año. Estamos reclamando lo que es justo porque si no nos escuchan vamos a tomar otras medidas, ya hemos aguantado bastante”, dijo Huayllas.

El mercado Camacho cuenta con diversos sectores, entre los que se encuentra el de abarrotes, fruta, verdura, carnes y venta de jugos. Además, funciona un patio de comidas, un gimnasio, una plataforma de atención para la recepción de trámites administrativos y diversas áreas de recreación. Recibe una visita diaria de más de 3.000 personas.

Las dirigentes del centro de abasto y las vendedoras más antiguas se sienten engañadas por el trato que les dio la administración de Revilla, que las despojó de su mercado para darles otro supuestamente más moderno, pero hoy reconocen que no es lo que esperaban.

El mercado Camacho tiene más de 70 años de vida, la nueva infraestructura solo 12 y contaba con un enorme terreno que fue cedido por las vendedoras para la construcción de un complejo moderno.

“Todo ese terreno nos ha quitado la Alcaldía, sabemos que son bienes municipales, pero nosotras éramos más que dueñas, estamos más de 70 años y nos han quitado el terreno. Nos han conformado con esta infraestructura; sin embargo, es un terreno grande el cual hemos perdido”, reclama Chura.

La maestra mayor no entiende cómo no hay dinero si es que la alcaldía se beneficia con los alquileres del patio de comidas, los tres servicios higiénicos e incluso la pantalla gigante que sirve para la publicidad y por lo cual también se cobra un alquiler que podría servir para refaccionar el mercado.

Fuente: Ahora el Pueblo