ÁMSTERDAM.- Eran las 22.30 de un viernes cuando Arthur Brand recibió el paquete que esperaba nerviosamente desde hacía días. Sonó la campanilla y, al abrir la puerta, no había nadie. A sus pies una caja de cartón lo esperaba en la oscuridad.
Al abrirla, se encontró con uno de los objetos más sagrados que le hayan robado a la Iglesia católica, conservado desde hacía 1000 años en la abadía de Fecamp, en el norte de Francia: la reliquia de la “Preciosa Sangre de Cristo”.
”Mi corazón latía con fuerza”, contó el detective de arte en una entrevista a la AFP sobre la recuperación del tesoro perdido, que debe ser entregado ahora a las fuerzas del orden de Holanda luego de que estas recibiesen un pedido de Francia para que se investigue la identidad del ladrón y la autenticidad de la obra.
Brand ha sido llamado el “Indiana Jones del Mundo del Arte” por sus impresionantes recuperaciones de arte robado, incluyendo las estatuas de bronce “Los caballos de Hitler”, una pintura de Picasso y un anillo que perteneció a Oscar Wilde.
A sus 52 años, es uno de los detectives de arte más famosos del mundo, reconocido por ladrones y policías por su acceso sin precedentes al comercio criminal de arte robado.
Pero conseguir la reliquia de la “Preciosa Sangre de Cristo” fue una experiencia especial para él.
“Como católico que soy, esto es lo más cercano que se puede estar a Jesús y el Santo Grial”, aseguró. “Fue una experiencia religiosa”.
Choque masivo
Cuando abrió la caja, descubrió lo que esperaba: la reliquia perfectamente intacta. El relicario dorado, de unos 30 cm de alto y adornado de piedras preciosas incrustadas, imágenes de Cristo en la cruz y otros santos, conserva dos recipientes metálicos que según los creyentes contienen gotas de sangre de Jesús recogidas en el Santo Grial durante la crucifixión.
Se cree que la reliquia data de la muerte de Cristo y ha sido objeto de alabanza de peregrinos católicos por más de mil años.
A sus 52 años, es uno de los detectives de arte más famosos del mundo, reconocido por ladrones y policías por su acceso sin precedentes al comercio criminal de arte robado.
Pero conseguir la reliquia de la “Preciosa Sangre de Cristo” fue una experiencia especial para él.
“Como católico que soy, esto es lo más cercano que se puede estar a Jesús y el Santo Grial”, aseguró. “Fue una experiencia religiosa”.
Choque masivo
Cuando abrió la caja, descubrió lo que esperaba: la reliquia perfectamente intacta. El relicario dorado, de unos 30 cm de alto y adornado de piedras preciosas incrustadas, imágenes de Cristo en la cruz y otros santos, conserva dos recipientes metálicos que según los creyentes contienen gotas de sangre de Jesús recogidas en el Santo Grial durante la crucifixión.
Se cree que la reliquia data de la muerte de Cristo y ha sido objeto de alabanza de peregrinos católicos por más de mil años.
“Cuando se percataron de lo que era, que no se podía vender, sabían que tenían que deshacerse de ella”, explicó.
Brand mostró a AFP un mensaje en holandés en el cual la persona le pedía recibir lo robado porque era demasiado riesgoso devolverlo a la abadía.
Le avisaron que el artefacto robado sería llevado a su casa, sin fecha ni horario.
“Virtualmente fui un prisionero en mi propia casa durante una semana. No podía salir”, contó entre risas.
Los objetos finalmente aparecieron, entregados anónimamente.
Consideró que se lo llevaron a él porque “sería muy peligro involucrar a la policía”.
“Estas personas conocen mi reputación y que lo más importante es devolver esto a la iglesia. Esperamos que permanezca allí otros mil años”, declaró Brand.
Fuente: La Nación