Estructura paramilitar de la RJC constaba de tres escuadras y un círculo de líderes

La Resistencia Juvenil Cochala (RJC) fue organizada en función a una estructura paramilitar, pues estaba integrada por tres escuadras, un cabecilla mayor y un triunvirato llamado “grupo de líderes”.

De acuerdo con la resolución de acusación formal emitida por la Fiscalía Anticorrupción de Chuquisaca, en el proceso por el ataque al edificio del Ministerio Público en Sucre, se identifica a la RJC como una organización criminal pues se logró establecer, gracias a la declaración de exintegrantes, su composición y sus roles.

“(En) esta organización se puede observar la existencia de líderes, es decir los que comandan y toman decisiones, al igual que diferentes miembros que componen la estructura criminal”, señala el documento al cual tuvo acceso Ahora El Pueblo.

Es así que la Fiscalía identificó a Yassir Molina Lozada como el líder de la RJC, es decir la “cabeza del grupo irregular y principal representante, el cual toma decisiones (y) se encuentra en la cúspide (de) esta organización”.

En segundo grado de jerarquía se tiene a los cabecillas RJC o grupo de líderes, que conforman el círculo de confianza de Yassir Molina y toman las decisiones junto a él, “siendo la parte logística y operativa de la organización criminal”.

Dicho estamento estaba conformado por los hermanos Fabio Alejandro y Mario Antonio Bascopé Revuelta, y Milena Soto López.

En tercer lugar se ubican los “vocales”, que deben transmitir a los subordinados los mensajes e instrucciones definidos por el líder y el grupo de cabecillas. Un nivel más abajo se ubican el o los tesoreros, cuya misión era captar dinero y adquirir los insumos necesarios para las actividades ilícitas y de represión a las que se dedicaba la RJC.En la base de la estructura criminal de la RJC se ubican tres escuadras: la Alfa, Omega y Patriota, integradas por los llamados subordinados, quienes realizaban los trabajos operativos, “enfrentamientos cuerpo a cuerpo y manipulación de las armas caseras” con las que llevaban a cabo sus actividades paramilitares.

Dentro de las escuadras, la Patriota estaba compuesta por los motociclistas y sus mochilas: acompañantes de los primeros, quienes operaban las bazukas y armas caseras en los enfrentamientos de los que participó la RJC.

Paramilitares

La abogada del Ministerio de Gobierno Julissa Durán aseguró que además de la estructura criminal identificada en la RJC, existen otras características que encuadran a la agrupación como una organización paramilitar, como ser el uso de uniformes.

“No se trata de un grupo de jóvenes pacíficos, manifestantes defensores de la democracia, como pretendieron argumentar, sino que es una organización criminal que incluso tenía uniformes”.

Durán aseguró que la RJC se organizó para delinquir, amedrentar, generar violencia, secuestrar, torturar, imponer sus caprichos y su visión radical, racista y discriminatoria contra los sectores populares de Bolivia y recordó que organismos internacionales como el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), recomendaron al Estado boliviano su pronta desarticulación.

Fuente: Ahora el Pueblo