Fernando Mayorga: “Los medios de comunicación desarrollan una política dirigida a propiciar un escenario de polarización”
Entrevista por Andrés Huanca Rodrigues Aprovechando su breve visita a la ciudad de La Paz entrevistamos a Fernando Mayorga, reconocido sociólogo y director general del Centro de Estudios Superiores Universitarios de la Universidad Mayor de San Simón (CESU-UMSS). Conversamos con él en un café mientras se daba un “cuarto intermedio” a lo que parecía una larga reunión de trabajo. Entrevista elaborada el día jueves 11 de noviembre, antes de conocerse la decisión del gobierno nacional de abrogar la Ley 1386 que estaba en el centro de las demandas de los bloqueos convocados por los comités cívicos, pudimos preguntarle sobre su análisis de la conflictiva coyuntura y algunos temas de mayor profundidad: la polarización en Bolivia, el rol que están jugando los medios de comunicación y su visión del Movimiento Al Socialismo (MAS) en la actualidad. Andrés Huanca (A): Muchas gracias por aceptar esta entrevista para Abya Yala Tv. Fernando, dada la situación conflictiva del país es inevitable preguntarte, ¿cómo ves el escenario político en esta semana de paro? Fernando Mayorga (F): Creo que la oposición, que tiende a formar una coalición, despliega una estrategia basada en una postura maximalista, del «todo o nada», y el oficialismo ha entrado en esa lógica también. Y se han superpuesto la demanda de abrogación de la Ley 1386 con una disputa respecto a la conducción política. En otras palabras, el gobierno ve detrás de esta movilización una conspiración golpista y la oposición utiliza un discurso dirigido a remarcar el afán autoritario del gobierno, no solamente en los procedimiento para aprobar las leyes, sino por supuestos objetivos detrás de la aplicación de esas leyes. En esa medida creo que el cálculo político ha llevado a que después de el segundo día de movilización se viva una escalada de conflictividad y que ha establecido dos escenarios. Uno de polarización y agudización de contradicciones, lo novedoso, se han dado contradicciones regionales, campo – ciudad, campesinos – citadinos. Y dos, por otra parte, ha provocado la necesidad del diálogo. Un diálogo que tiene que ser a la usanza tradicional, un diálogo entre los sectores que se sienten afectados por una norma y el gobierno. Y esto va permitir que se escindan y se separen los objetivos políticos de las demandas sociales. Creo que por esa vía es posible que se encuentre una solución. A: Mencionaste que la oposición, encabezada en estos momentos por el Comité Cívico Pro Santa Cruz, sostiene un discurso que atribuye un carácter autoritario al gobierno. Esto debido en parte a que aprovecharían su mayoría en el parlamento para aprobar leyes como la 1386. Sin embargo, en anteriores gestiones el gobierno incluso gozó de 2/3 en la Asamblea Legislativa Plurinacional, pudiendo aprobar normas, acorde a la Constitución, sin depender de la oposición. ¿Consideras entonces que el carácter «autoritario» de este nuevo gobierno del MAS es real? F: Es una elaboración discursiva de la oposición, que yo la concibo como un campo opositor en el cual concurren diversos actores y forman de manera circunstancial coaliciones. Se formó una coalición en octubre – noviembre del 2019, esta coalición se desbarató durante la gestión de Áñez y participó dividida en la elección del 2020. Ahora tiende a rearticularse pero hay ausencias notables como la de Manfred Reyes Villa o como de Samuel Doria Medina. Pero hay novedades igualmente relevantes como la subordinación de Comunidad Ciudadana a las posturas de Creemos. Y el protagonismo de Creemos y el gobernador de Santa Cruz está mostrando un rasgo novedoso en el campo opositor y es el predominio de una visión que da cuenta de elementos de lo que se habla a nivel global, Latinoamérica, que es una nueva derecha. ¿Y esto qué implica? Pues para empezar una lectura muy ideologizada que concibe cualquier régimen, a cualquier gobierno que proponga igualdad social, sea considerado como «populista» o sea considerado al mismo tiempo «comunista», y si es comunista es definido como totalitario y por lo tanto antidemocrático. Si a eso se le suma toda esta visión ultra conservadora, donde claramente juega un papel importante la Iglesia Católica, tienes una nueva derecha, una derecha renovada con posturas basadas en el rechazo a todos los elementos que tienen que ver con el progresismo, participación popular, reconocimiento de la diversidad cultural y distintos tipos de igualdad ¿Cuál es el resultado? Que llegan inclusive a tener posturas anti-liberales como la última declaración que demanda el cierre de la Asamblea Legislativa Plurinacional si es que no se restituyen los “2/3”. Ese es el resumen de esta postura, defienden la institucionalidad en la medida en que les favorece las reglas del juego, si no les favorece reniegan de las instituciones democráticas. Entonces creo que eso es lo que está, se gestó en noviembre del año 2019 y ha quedado como huella en el comportamiento de la oposición en general y que lidera el campo opositor. Y estos elementos le han servido a Creemos, al movimiento cívico cruceño, a Fernando Camacho, para establecer una tendenciosa relación entre esta Ley 1386 que va contra el enriquecimiento por ganancias ilícitas como si fuera una acción de control estatal, de atentado a la propiedad privada. Entonces están apelando a elementos muy conservadores de una derecha del Siglo XX pero con nuevos ingredientes. A: En otra entrevista hablaste de la polarización, concepto que se ha utilizado mucho entre analistas y medios de comunicación últimamente, pero que no se ha analizado con tanta profundidad. Al respecto afirmaste que este fenómeno de la polarización no es solamente un producto de los actores políticos, como se suele decir, sino que también tiene mucho que ver el rol de los medios de comunicación. F: Si, es un circuito. En primer lugar no hay polarización política mientras no estén presentes los actores estratégicos, aquellos que tienen capacidad de incidencia en el proceso político. O puede circunscribirse a la pugna entre oficialismo y oposición la polarización y no necesariamente manifestarse en la sociedad. Hay que distinguir polarización política de polarización social. La polarización política puede activar la polarización social