Fukushima

Corte eléctrico detiene vertido en control de OIEA en Fukushima

Un fallo eléctrico detuvo el miércoles el vertido al mar del agua tratada de la accidentada central nuclear de Fukushima Daiichi, en Japón, coincidiendo con la presencia en el lugar de un grupo de trabajo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que inspecciona de nuevo el proceso de depuración. La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), informó que el suministro de energía en las instalaciones se detuvo a las 10.43 hora local (1.43 GMT) y como consecuencia también lo hicieron el proceso de filtrado del Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS, por sus siglas en inglés) y el del vertido, en su quinta tanda de descarga. La empresa subrayó también que no ha detectado anomalías en los niveles de radiación y está investigando la causa del incidente. Tras la interrupción eléctrica, un trabajador que se encontraba haciendo labores de excavación en el exterior resultó herido y trasladado al hospital, mientras TEPCO trata de constatar si ambos sucesos están relacionados. El incidente ocurre coincidiendo con la llegada el martes a Japón de una delegación del OIEA, encabezada por el director de la Oficina de Coordinación de la Seguridad Tecnológica y Física del organismo, Gustavo Caruso, quien tenía previsto el miércoles emprender la segunda inspección ‘in situ’ del proceso de depuración y vertido del agua contaminada. Los representantes del OIEA sostuvieron encuentros con altos funcionarios del ministerio de Exteriores japonés y de TEPCO. Por su parte, Caruso destacó que el proceso emprendido por Japón y supervisado por el organismo «es un enfoque independiente, objetivo y basado en la ciencia, que ayudará a construir la confianza de la población de Japón y del exterior». TEPCO está vertiendo al Pacífico más de 1,32 millones de toneladas de agua contaminada de radioisótopos, después de ser procesada con el objetivo de  retirar la mayoría de esos materiales altamente radiactivos diluyéndola en agua marina, proceso que se prolongará varias décadas. Fuente: TeleSUR

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Se produce una fuga de agua radiactiva en la central nuclear de Fukushima

Una fuga de agua radiactiva se ha producido este miércoles en la central nuclear de Fukushima, según informó la cadena NHK. El equipo que trabaja en la planta descubrió que se estaba filtrando agua con materiales radiactivos de la pared de un edificio que alberga equipos de purificación de agua contaminada. Tokyo Electric Power Company (TEPCO), la empresa encargada de gestionar la central, afirma que por el momento no se han confirmado efectos externos, pero estiman que se filtraron aproximadamente 5,5 toneladas de agua, y parte de ellas pueden haber inundado el suelo del lugar. Después del desastre nuclear de Fukushima en 2011, todas las centrales nucleares de Japón fueron cerradas temporalmente para realizar inspecciones y cumplir con estándares más estrictos. El Gobierno del país planea ponerlas de nuevo en marcha, pero el proceso se complica, en parte, debido al persistente «sentimiento antinuclear» de la población. Desde el desastre de Fukushima, solo 12 de los 33 reactores operativos han sido reiniciados. Fuente: RT

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Pekín advierte a Tokio tras el vertido de agua de Fukushima: Tenemos derecho a «tomar medidas preventivas»

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Wang Wenbin, comunicó este martes que Pekín advirtió a Tokio tras la presión ejercida contra la Embajada y los Consulados chinos en Japón, que reaccionaron al vertido al océano del agua contaminada de Fukushima. Además, el alto diplomático aclaró que China respondió a las «supuestas preocupaciones de Japón» e informó sobre su postura oficial. Según Wang, el Gobierno japonés comenzó a verter unilateralmente el agua contaminada, lo que «provocó una fuerte indignación pública en todos los países«. Además, agregó que «es un hecho indiscutible que la mayoría de naciones, incluidos muchos habitantes de Japón, critican y se oponen a la descarga y adoptaron las medidas preventivas correspondientes». «Japón no debería hacer la vista gorda ante esto, y mucho menos engañarse a sí mismo y a los demás», aseveró. En este contexto, el vocero señaló que en respuesta a las acciones «egoístas e irresponsables» de Japón, «China y otras partes interesadas tienen el derecho […] a tomar medidas preventivas» para garantizar la seguridad del medio marino, la seguridad alimentaria y la seguridad humana. También instó a Tokio poner fin a la liberación del agua inmediatamente. «Lo que la parte japonesa debería hacer es corregir de inmediato este acto egoísta e irresponsable de descargar agua contaminada […] al océano y responder seriamente a las preocupaciones de la comunidad internacional», afirmó el vocero chino. El pasado jueves, las autoridades japonesas comenzaron a verter al océano Pacífico alrededor de un millón de toneladas de aguas residuales contaminadas, que fueron almacenadas en 1.000 tanques de acero en las instalaciones de la central nuclear de Fukushima. Aunque el Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS, por sus siglas en inglés) reduce la contaminación radiactiva del agua, el tratamiento actualmente no puede eliminar la presencia de tritio. Esto ha provocado una fuerte oposición tanto por parte de los sindicatos de pescadores de la región como por parte de varios países vecinos, incluida China. Este lunes, el viceministro de Asuntos Exteriores de Japón, Masataka Okano, convocó al embajador de China en Tokio, Wu Jianghao, por la reacción de Pekín a la decisión japonesa. Fuente: RT

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Japón comienza a verter al océano el agua de Fukushima

Japón comenzó este jueves a verter al océano Pacífico más de un millón de toneladas de agua radioactiva procedente de la planta de energía nuclear de Fukushima, recogen medios locales. El operador de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), anunció que la descarga comenzaría alrededor de las 13:00, hora local (04:00 GMT). «La bomba de agua de mar A se activó», informó TEPCO, confirmando así que la liberación del agua radioactiva estaba en marcha. La bomba activada se encargará de enviar el primer lote de agua tratada, que se encuentra diluida desde una piscina de mezcla, a una piscina secundaria, para luego descargarla al Pacífico a través de un túnel submarino. El agua se recoge y se recicla en parte como agua de refrigeración después del tratamiento, y el resto se almacena en unos 1.000 tanques, que ya están al 98% de su capacidad. Se espera que la primera liberación de 7.800 toneladas de agua tratada dure alrededor de unos 17 días. Tanto TEPCO como la agencia de pesca de Japón han dicho que monitorearán el agua del Pacífico para detectar la presencia de niveles radiactivos. A su vez, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) destacó que también supervisará el proceso, que se espera que demore unos 30 años en completarse. A su vez, TEPCO explicó que la operación se suspendería inmediatamente en caso de que se detecte alguna anomalía en el equipo de descarga o en los niveles de dilución de las aguas residuales tratadas. Además, mencionó que enviará un barco en las próximas horas para recolectar muestras para monitorear y garantizar que las aguas radiactivas vertidas cumplan con los estándares de seguridad. Reacciones ante la medida de Tokio Por su parte, un portavoz de la Administración de Seguridad Nuclear de China criticó este jueves al Gobierno de Japón de ser «extremadamente egoísta e irresponsable por lanzar por la fuerza la descarga [de aguas residuales radiactivas]». Asimismo, comentó que esta medida pone por encima «sus propios intereses egoístas por encima del bienestar de toda la humanidad». La Cancillería china, a través de un vocero, expresó su «firme oposición y enérgica condena» respecto a la medida adoptada por Tokio. El portavoz comentó que la parte japonesa «no demostró la legitimidad de la decisión de descargar el agua al mar», ni la «confiabilidad a largo plazo del dispositivo de purificación de agua contaminada nuclearmente», haciendo referencia a «la autenticidad y exactitud de los datos» del líquido vertido. «El océano es propiedad común de toda la humanidad», enfatizó el funcionario, agregando que «lanzar por la fuerza al océano el agua contaminada de Fukushima es un acto extremadamente egoísta e irresponsable que ignora los intereses públicos internacionales». En una conferencia de prensa, el primer ministro surcoreano, Han Duck-soo, instó a las autoridades japonesas a revelar la información sobre las emisiones de aguas residuales de la central nuclear de Fukushima liberadas al océano durante los próximos 30 años. También el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China aseguró que intensificaría la monitorización de la radiación en las regiones marítimas del país, además de mantenerse alerta ante cualquier efecto causado por el vertido. La Administración General de Aduanas de China anunció este jueves que suspendió completamente las importaciones de todos los productos marinos provenientes de Japón, con el objetivo prevenir los riesgos de contaminación radiactiva por la descarga de las aguas residuales nucleares, así como garantizar la seguridad alimentaria de los productos importados y la salud de los consumidores chinos. RT

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China declara que los que confían en la seguridad del agua de Fukushima deberían beberla ellos mismos

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, criticó este martes el reciente visto bueno del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) al plan de Japón de descargar al mar el agua tratada y almacenada de la accidentada central nuclear de Fukushima. Wang exhortó a las autoridades japonesas a que guarden «el agua contaminada nuclearmente de Fukushima» para aquellas personas que confían en que «es segura para beber o nadar» en ella, «en lugar de liberarla en el mar y causar preocupaciones generalizadas a nivel internacional». Asimismo, sostuvo que «la revisión de seguridad del OIEA ha sido realmente controvertida», puesto que los especialistas que participaron en la elaboración del informe «han expresado puntos de vista diferentes». «Esto muestra una vez más que el OIEA publicó con demasiada precipitación la revisión sobre este complejo tema, y la conclusión tiene sus limitaciones y se enfoca de manera limitada sin abordar las preocupaciones del mundo sobre el plan de descarga», indicó el vocero, quien reiteró que Tokio no debe interpretar dicho informe «como una luz verde» para verter al océano Pacífico el agua tratada de la central nuclear.  El portavoz considera que «va en contra de la ciencia común» equiparar «el agua contaminada con energía nuclear» de Fukushima con «el agua liberada de las plantas» nucleares, debido a que existe la «incertidumbre sobre si la primera cumplirá con los estándares de seguridad después del tratamiento». El funcionario chino explicó que se trata de dos tipos de agua notablemente distintas, dado «que provienen de diferentes fuentes», además de que ambas «contienen diferentes radionucleidos (átomos que emiten radiaciones ionizantes)», por lo que «requieren diferentes niveles de sofisticación en términos de los métodos de tratamiento involucrados». «El OIEA no evaluó la eficacia y la confiabilidad a largo plazo de las instalaciones de tratamiento de Japón y, por lo tanto, no puede garantizar que toda el agua contaminada con energía nuclear cumpla con los estándares después del tratamiento en los próximos 30 años», señaló Wang, recalcando que no se puede determinar de manera sencilla «el impacto de una descarga prolongada en el medio ambiente marino y la seguridad alimentaria». La plan del Gobierno de Japón de liberar en el océano a lo largo de los próximos 40 años más de un millón de metros cúbicos de agua tratada ha recibido un fuerte rechazo tanto dentro del país como en el extranjero. Pese a las protestas, Tokio continuará adelante con él, ya que existen pocas alternativas para el almacenamiento del agua contaminada. Se prevé que los tanques de almacenaje construidos en los últimos años en Fukushima se vean llenos para 2024. Fuente: RT

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Japón recibe el visto bueno del OIEA para verter al mar el agua tratada de Fukushima

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) anunció en un comunicado este martes que los planes de Japón para descargar al mar el agua tratada y almacenada de la central de Fukushima Daiichi se ajustan a las normas de seguridad del ente. Según un informe del trabajo realizado durante casi dos años por un grupo de especialistas de 11 países, el Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS) japonés garantiza la seguridad de las descargas del agua tratada y no representa ningún peligro para las personas y el medio ambiente, puesto que tendría un «impacto radiológico insignificante». Aunque el sistema de filtrado ALPS reduce la contaminación radiactiva, el tratamiento actualmente no puede eliminar la presencia de tritio. Por este motivo, antes de verter los residuos al mar, Japón planea diluirlos hasta lograr un nivel de tritio por debajo de lo establecido en las normas reglamentarias. China lidera el descontento Sin embargo, el plan de Tokio de descargar más de un millón de metros cúbicos de agua tratada en los próximos 40 años ha recibido un fuerte rechazo tanto dentro del país como a nivel internacional. A nivel nacional son los pescadores quienes se oponen a la medida, ya que temen que afecte a su actividad. A nivel internacional, China lidera el descontento. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, declaró que el océano «no es la alcantarilla privada de Japón». En cuanto a Corea del Sur, una encuesta de mayo mostró que el 84 % de los encuestados se opone a los planes de Japón. Pese al rechazo, todo apunta a que Tokio, con el visto bueno del OIEA, va a seguir adelante con sus planes. Y es que las alternativas son pocas. Desde la catástrofe causada por el terremoto de 2011, que fue el mayor accidente nuclear desde Chernóbil, se tomaron una serie de medidas que hoy alcanzan sus límites. El mayor problema es la falta de espacio. Se espera que los tanques de almacenaje, construidos en los últimos años, se llenen para 2024. Fuente: RT

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