Perros fieles y valerosos celebran su día
Con mimos, rezos y agasajos, miles de personas celebran este miércoles en el país a sus mascotas por San Roque. Cientos son las historias de perros fieles y valerosos como el de “Hachiko”, en Oruro, que acompañó a su amo hasta el final de sus días. También están los perros que realizan hazañas y coadyuvan en diferentes tareas de la Policía como encontrar a personas desaparecidas, esclarecer hechos delictivos como feminicidios, realizar rastrillajes en lugares que son concurridos por autoridades del gobierno, diplomáticos y en eventos deportivos importantes. La conmovedora historia de Hachiko muestra la fidelidad de estos animales hacia sus dueños. Fieles y valerosos Pasaron poco más de seis años cuando Iván Bascopé conoció a Hachiko y a Justo (nombre convencional), un hombre que vivía en situación de indigencia. Cuenta Bascopé que el can y su amo eran inseparables. Por las mañanas se los veía transitar de la zona Noreste de Oruro hacia el centro. Solían estar en las aceras de varias calles. Algunos transeúntes les daban comida, aunque el hombre no recibía las dádivas a todos, entre ellos de Bascopé. “Yo vivo cerca de la zona Huajara, casi a diario los veía juntos, desde hace seis años. Muchas veces he intentado darle al hombre comida o ropa, pero me hizo alejar con su mirada penetrante de enojo”, relató Bascopé. Con el pasar de los años, Iván quedaba asombrado por la fidelidad de Hachiko quien no se separaba de Justo a pesar de que, quizá, muchas veces no probaba alimento. “Pensaba en qué iba a pasar si algún día le faltaba el uno al otro y ese día llegó”. La pasada semana, Justo falleció en vía pública. Sin imaginarse lo que pasaba, Hachiko no quiso moverse de su lado, pero la Policía no podía recogerlo. Varios vecinos pedían a Zoonosis que se lo lleve, pero el perro huyó. Un día después volvió al lugar donde falleció su dueño, pero no lo encontró. La tristeza y desesperación por no encontrar a Justo se notaba en su rostro. El personal de Zoonosis llevó al animal hasta el albergue municipal. Adopción Anoticiado del deceso, Bascopé no dudó en adoptar a Hachiko y de forma inmediata tramitó la adopción. También, con sus propios recursos económicos, le dio cristiana sepultura a Justo. “Hice todos los papeles para sepultar a don Justo, nombre que yo le puse, y me quedé con Hachiko. Con cariño y atenciones el perrito está mejor de ánimo”, relató Bascopé a La Razón. El sábado, Iván y Hachiko le dieron el último adiós a Justo, lo acompañaron hasta su última morada en el Cementerio de Oruro. En este día las familias que aman a los animales dedicarán parte de su tiempo para mimar a sus mascotas, con obsequios y alimentación especial. En el Centro de Adiestramiento de Canes, como en otras instituciones preparan también homenajes a los perros valerosos que son parte de esta institución. Por qué se celebra San Roque en Bolivia? El día de San Roque se celebra el 16 de agosto porque conmemora el aniversario de su muerte que ocurrió el 16 de agosto de 1327. Tanto como patrono de los enfermos como patrono de los perros, se celebra San Roque en homenaje al perro que lo salvó cuando luego de que había decidido morar en un bosque al ser aquejado por la peste que muchas veces ayudó a curar. A la edad de 20 años, sus padres murieron y San Roque se unió a la Orden Franciscana y repartió sus bienes entre los pobres a pesar de que su padre, en su lecho de muerte lo había ordenado gobernador de Montpellier, en Francia. Llegado a Italia, durante la segunda pandemia de peste bubónica, se aboca a atender a los enfermos de dicha enfermedad y se cree que realizó curas milagrosas a muchos enfermos, que llegó a matar a un tercio de la población europea en esos años. Estando en Piacenza cayó enfermo de la peste, siendo expulsado del pueblo decide ir a vivir a un bosque para evitar ser una carga y esparcir la tan letal enfermedad. Allí, se cree que fue auxiliado en múltiples ocasiones por un perro que pertenecía a un noble de apellido Palastrelli que periódicamente le llevaba pan y le lamía las heridas, ayudando así a que mejoren. El noble, intrigado por las constantes salidas de su perro decidió seguirlo y descubrió así a Roque en su morada forestal y decidió hacerse su acólito. Posteriormente, San Roque regresa a Montpellier en donde se lo arresta como un espía (por orden de su propio tío quien no lo reconoció) en donde pasó los últimos años de su vida para finalmente fallecer el 16 de agosto de 1327. Las estatuas de San Roque suelen mostrarlo junto a un perro, simbolizando el cariño espontáneo que recibió de aquel can que decidió auxiliarlo cuando estaba viviendo en el medio de la nada afectado por la terrible enfermedad que arrasaba con Europa. Fuente: La Razón
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