El nuevo papel de Honduras en el tablero político latinoamericano
Joel López-Muñoz Honduras vuelve a la escena política latinoamericana con la presidencia de Xiomara Castro, esposa del ex presidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado con un golpe blando de los Estados Unidos en el 2009. A partir de ahí los problemas de Honduras se agudizaron con una serie de gobiernos de corte de derechas, liderado posteriormente a Zelaya por Pepe Lobo, quien está acusado en la lista Engel, implicado en el caso de los Pandora Papers con paraísos Offshore. Seguido por Juan Orlando Hernández, quien redujo el gasto social y favoreció a varias empresas con dinero público, incrementó los favores a empresas extranjeras para el extractivismo exacerbado, y lucró con la violencia para hacer compras armamentísticas ilícitas. Históricamente el pueblo hondureño ha sido golpeado en su economía por países centrales que extraen los recursos naturales y despojan su matriz productiva. Esto ha generado condiciones de desigualdad que germinan socio estructuralmente sobre los sectores más humildes, y pueblos originarios, y garífunas, quienes han sido más explotados con estos modelos económicos. El desafío de este nuevo gobierno tiene una agenda política compleja, con recientes oleadas de caravanas migrantes hacia los Estados Unidos, que huyeron de la miseria y la falta de oportunidades en Honduras. La corrupción que se ha enquistado en los últimos dos gobiernos, la violencia que se incrementa, y pone a Honduras entre los países más violentos del mundo. El narcotráfico, y las mafias, que son un entramado del establishment, el extractivismo, la desigualdad y la falta de derechos sexuales y reproductivos. Así como la deuda de amnistía a los presos políticos del golpe de estado a Manuel Zelaya desde Washington. El triángulo norte como le nombra Estados Unidos a Guatemala, El Salvador y Honduras, ha sido un procedimiento estratégico imperialista de sometimiento sin precedentes exitosos. La ayuda al combate al narcotráfico, se ha convertido en un disparate de mafias involucradas en los gobiernos, y esa supuesta protección como “países seguros” solo ha generado más líneas de pobreza, hambre y migraciones de niños como en ninguna parte del mundo. La llegada de Xiomara Castro al gobierno es producto de una incansable lucha de movimientos sociales, partidos políticos de izquierda, y organizaciones populares, para sopesar los abusos contra el pueblo de los gobiernos de derechas, con complicidad de las oligarquías locales y los EE.UU. El gobierno de Castro quien asumió con el partido Líder llega con el desafío histórico de todo país centroamericano, de no solo tomar el gobierno si no tomar el poder y articular los sectores populares y de militancia política para un avance democrático y a favor de las mayorías. En los últimos meses hemos podido observar el tablero político ideológico en América Latina, con la llegada de Boric a la presidencia de Chile, la recuperación democrática en Bolivia, el binomio presidencial de Alberto Fernández y Cristina Fernández en Argentina y el giro a la izquierda en Perú. Fueron varios los guiños hacia Xiomara Castro, como por ejemplo el mensaje de Nicolás Maduro presidente de Venezuela –“El pueblo de Morazán retoma el camino de la esperanza otorgándole una histórica victoria a la presidenta electa, Xiomara Castro” Cristina Fernández: “Los pueblos siempre vuelven” Asimismo vista con buenos ojos por el Presidente Boric y el expresidente de Bolivia Evo Morales. Este respaldo latinoamericano es muestra que la comunidad internacional mantiene viva la esperanza que el pueblo de Honduras retome la democracia y el camino al progreso y los derechos humanos. El autor es comunicador y realizador audiovisual.
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