Rusia registra el uso de municiones de fósforo y bombas de racimo por parte del Ejército ucraniano

WASHINGTON (Sputnik) — Moscú tiene datos de municiones de fósforo y bombas de racimo que están siendo utilizadas por las tropas ucranianas, dijo el embajador ruso Vasili Nebenzia, ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

«También hemos registrado el uso a gran escala por parte del régimen de Kiev de municiones llenas de fósforo —esto va en contra del tercer protocolo de la Convención de la ONU de 1980— y las bombas de racimo utilizadas por el ejército ucraniano», denunció Nebenzia en una reunión del consejo de seguridad de la ONU.

El diplomático subrayó que en su discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, la subsecretaria general de la ONU no mencionó el bombardeo de Donetsk con un misil Tochka-U cargado con una bomba de racimo.

«La subsecretaria general no logró encontrar ninguna palabra para informar sobre el bombardeo con un misil Tochka-U por parte de las fuerzas armadas ucranianas que estaba repleto de municiones de racimo y golpeó el corazón de Donetsk, dejando 20 personas muertas y 35 civiles heridos», dijo Nebenzia.

De hecho, «fue más allá de los límites de la imparcialidad y se puso del lado de Ucrania».

Asimismo, Nebenzia declaró que Rusia espera provocaciones con armas químicas en Ucrania y tiene información sobre el traslado de 80 toneladas de amoníaco a Járkov.

«Según la información del Ministerio de Defensa de Rusia, las formaciones armadas ucranianas se están preparando activamente para provocaciones con el uso de sustancias químicas para acusar a Rusia de supuestamente usar armas químicas. En la noche del 9 de marzo, los nacionalistas ucranianos transportaron a Zolochiv, al noroeste de Kharkiv, unas 80 toneladas de amoníaco. El 10 de marzo, los medios ucranianos comenzaron a difundir información sobre cómo protegerse de un ataque químico», dijo Nebenzia.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev.

Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania. El mandatario ruso pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.

Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.

Desde el 24 de febrero, las hostilidades en Ucrania han causado la muerte de 136 civiles y han dejado heridos a otros 400; unos 677.000 ucranianos han buscado refugio en los países vecinos, según la ONU.

Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso la ley marcial en todo el territorio nacional, además del toque de queda en Kiev y otras ciudades, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar «todas las sanciones posibles» contra el líder ruso.

Numerosos países, con excepciones como China, condenaron en términos enérgicos la intervención de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que, por vez primera, se extienden al presidente Vladímir Putin y al ministro de Exteriores Serguéi Lavrov, prevén la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, el cierre del espacio aéreo para las aerolíneas rusas y la paralización de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia.

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