A marzo, 493 sismos; la cifra más alta desde 2019

Este año en Bolivia se registraron 493 sismos en lo que va del primer trimestre, la cifra más alta desde 2019, según datos proporcionados por el Observatorio San Calixto de La Paz. Del total, 156 ocurrieron en enero, 148 en febrero y 189, en marzo.

Con respecto a otras gestiones, la que más se aproxima a esta cifra actual es la de 2020, con 403 movimientos telúricos en el mismo periodo de tres meses, La más baja desde 2019 corresponde a 2021, cuando se registraron 278 sismos. (Revisar infografía)

Paralelamente, esta información geológica señala que el país se mantiene en una curva normal y con mayor sismicidad en la parte central (Cochabamba, Sucre, algunas regiones de Santa Cruz) y en el occidente (Potosí, Oruro y la parte alta de La Paz).

“Hasta el mes de marzo tenemos 493 eventos en Bolivia, pero la mayoría de baja magnitud que van entre 2,5 y 3 grados. El año pasado hemos cerrado la gestión con más de 1.200, por eso decimos que estamos en la curva normal”, estableció la ingeniera Mayra Nieto Canaviri, del Observatorio.

De acuerdo con las estadísticas, la mayor cantidad de sismos están registrados en el departamento de Potosí, ello es frecuente. Ese dato no es una amenaza, detalla el Observatorio San Calixto en sus reportes mensuales.

DATOS.

En su folleto de marzo, el Observatorio señala que solo en ese mes se contabilizaron 122 movimientos en Potosí, 31 en Cochabamba, 19 en La Paz, 9 en Santa Cruz y 8 en Oruro.

“Una cosa es la amenaza y otra muy distinta el riesgo; la amenaza es natural, pero si la multiplicamos por la vulnerabilidad equivale a un riesgo”, acotó la ingeniera.

Según Nieto, la zona de los valles es algo más vulnerable que la del occidente por estar más cerca de los poblados; aun así no representa peligro, ya que los temblores se registran a una profundidad de 100 o más kilómetros.

En resumen, los sismos en Bolivia son en su mayoría profundos y no representan gran preocupación. El último gran evento de este tipo fue el que ocurrió el 7 de marzo en Corani, provincia Tiraque en Cochabamba, a 15 kilómetros de profundidad. Los otros se ubicaron mucho más adentro y por eso no se sintieron en gran parte del país. El de Cochabamba tuvo algunas repercusiones como rajaduras en las edificaciones y se percibió en casi toda la zona del valle.

Falta aún más cultura sísmica

A Bolivia le falta adecuarse a la cultura sísmica para actuar en caso de un sismo importante, así lo ratificó la ingeniera Mayra Nieto Canaviri, del Observatorio San Calixto, quien demandó a la población a tomar más conocimiento acerca de esta temática.

“Nos falta en lo que corresponde a la cultura sísmica y no solo en la parte científica, también en las autoridades porque carecemos de preparación. Cómo actuar ante esta situación, pero si podemos trabajar en planes de emergencia”, expresó la experta a LA RAZÓN.

Según Nieto, en la página web del Observatorio: www.osc.org.bo, existe un plan de emergencia que se puede descargar, en el cual se establecen los pasos a seguir en caso de un terremoto.

El documento indica cómo prepararse para un sismo, las acciones durante el evento y lo que hay que hacer después del temblor, así como tener listo un plan de evacuación y definir los roles de cada integrante de la familia.

“Es necesario tener un croquis para saber cuáles van a ser las rutas de evacuación o cuál va a ser el punto de encuentro, es decir, armar una mochila de emergencia que ayuda mucho para la sobrevivencia”, añadió la ingeniera

Aconsejó a la gente a tener preparado un maletín con los artículos indispensables en caso de un terremoto de magnitud. Entre ellos destacan alcohol medicinal, linterna, radio a pilas, encendedor, velas, botiquín, papel higiénico, ropa y un silbato, entre otros.

Durante la sacudida es preciso no correr, gritar ni empujarse. Alejarse de objetos que estén en lugares altos y ponerse a resguardo, como debajo de las mesas o los marcos de las puertas. Luego del movimiento telúrico, sugirió que el jefe de familia haga una evaluación de los daños estructurales y limpie las zonas más afectadas. Así como mantenerse alertas a una eventual réplica.

Como última recomendación, atender las estipulaciones de las autoridades o de los equipos de emergencia de cada ciudad, resaltó la especialista Nieto Canaviri.

“Los eventos en el occidente son sismos que tienen la característica de ser intermedios, es decir, tienen una profundidad mayor a 100 kilómetros y no llegan a causar efectos en la superficie”.

El terremoto de mayor magnitud que se registró en Bolivia data del 9 de junio de 1994. Ocurrió en la zona central del país. Concretamente en las provincias Iturralde La Paz y Ballivián, en el departamento oriental del Beni.

Un sismo es considerado un fenómeno natural que ocurre por diversos factores. En el caso de Latinoamérica y Bolivia, estos se producen debido a un fenómeno llamado “subducción” cuyo resultado es el choque de dos placas tectónicas que al juntarse generan energía y movimientos bruscos.

“En nuestra región tenemos las placas de Sudamérica y la de Nazca, que están en contacto y están en un proceso de subducción. Esta subducción es porque la placa de Nazca se hunde debajo de la placa sudamericana, es un proceso continuo y lento, lo que provoca que se atasquen entre sí y se acumula energía de forma brusca”, explicó la profesional.

TIEMPO.

Un terremoto no dura horas, son segundos o minutos y, posteriormente, se desequilibra el sistema y pueden generarse réplicas más pequeñas. Cada país tiene su propio contexto geológico que lo hace diferente uno del otro. Los eventos que se han registrado en nuestro país, al ser profundos no llegan a causar daños importantes. Lo que influye en los daños son la profundidad y la magnitud.

Más de la mitad son registrados en el departamento de Potosí y es por este proceso de subducción. Su profundidad no causa deterioros ni el temblor es sentido por la población, a diferencia de los superficiales.

Las profundidades de los temblores variaron entre 100 y 261 kilómetros. La magnitud de los mismos fue 1,0 a 4,9 en la conocida escala de Richter o también denominada de magnitud local.

El terremoto más relevante a nivel regional sucedió en Ecuador, el 18 de marzo del año pasado, con una magnitud de 6,8 y a una profundidad hipocentral de 65,8 kilómetros, con una duración de 43 minutos, aproximadamente.

El Observatorio San Calixto diseñó el mapa de amenaza sísmica probabilística para Bolivia, la zonificación se hizo con base en la distribución de epicentros y contexto geológico nacional.

Trece zonas sísmicas fueron definidas y estudiadas: sismicidad cortical y de subducción fueron integradas de acuerdo a la zona.

Aunque los últimos movimientos de tierra fueron de baja magnitud en el país, el Observatorio San Calixto habilitó en su página electrónica un protocolo de acciones ante actividades sísmicas.

Incluso, hay una línea telefónica habilitada para que los ciudadanos informen sobre alguna emergencia por actividad sísmica dentro del territorio nacional.

CONTACTO. La población puede comunicarse al teléfono móvil 71543585 o al teléfono fijo 2406222. También vía correo electrónico: http://www.osc.org.bo.

Nieto aseguró que la entidad continuará con sus procedimientos de evaluación de sismos mensuales para alertar a la colectividad en torno a estos fenómenos.

Fuente: La Razón

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