Este miércoles 13 de abril, tras un operativo sorpresa acompañado por el Ministerio Público y fuerzas del orden, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) intervino dos talleres clandestinos de conversión de vehículos a Gas Natural Vehicular (GNV) en la ciudad de El Alto, tras confirmar que éstos no contaban con las certificaciones correspondientes.
“Estamos muy preocupados por lo que está sucediendo. En este taller clandestino vemos válvulas, accesorios, fichas técnicas de revisión periódica. La población debe ser consciente de que debe acudir a los talleres autorizados, que son 261 en todo el país y denunciar a estos lugares clandestinos, llamando al 800106006”, dijo el Director Ejecutivo de la ANH, Germán Jiménez, quien encabezó el operativo realizado junto a efectivos de la Policía y representantes del Ministerio Público.
Las intervenciones se produjeron después de investigaciones realizadas desde el mes de enero. Los talleres intervenidos se encuentran en las avenidas Bolivia y Álamos de la zona de Villa Adela, donde incluso se encontró cilindros supuestamente recalificados. “Los cilindros tienen una vida útil de 5 años, después deben entrar a la recalificación, pero ellos tienen hasta sellos falsos, como si hubieran pasado las revisiones periódicas, situación que vamos a investigar”, agregó Jiménez.
En todo el país existen 261 talleres legalmente establecidos bajo todos los requisitos establecidos en el Decreto Supremo Nº27956 y el Reglamento del Sistema de Talleres de Conversión a GNV y Recalificación de Cilindros de GNV. Del total de talleres de conversión, 40 se encuentran en la ciudad de El Alto, al igual que 5 talleres de recalificación. La lista completa de establecimientos autorizados puede encontrarse en la página web de la ANH, www.anh.gob.bo.
Actualmente, hay 339.146 vehículos que utilizan Gas Natural Vehicular en el país. Un 13% de ellos (43.738) circula en la ciudad de El Alto, mientras que un 3% lo hace en La Paz.
Un taller clandestino significa un grave riesgo no solo para el propietario, sino también para su entorno y para la población en general. Los dueños y personas que trabajan en estos establecimientos, realizan las conversiones sin cumplir la normativa técnica, usan equipos que no cuentan con las certificaciones correspondientes e infringen la ley mediante la adulteración de series acuñadas en los cilindros de GNV.
Por esta razón, el Código Penal es claro cuando califica como “Peligro de estrago” el delito cometido por los talleres clandestinos, entendiendo esa figura legal como “causar un daño de grandes proporciones que haya generado un peligro común” para la población.
Fuente: Agencia Nacional de Hidrocarburos