En su primera y esperada intervención en la 76 sesión anual de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), el presidente Luis Arce, denunció que en Bolivia se perpetró un golpe de Estado con la colaboración del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, el Gobierno de Mauricio Macri y otros sectores.
“La ruptura del orden constitucional en mi país tuvo la participación de actores nacionales: políticos que en las urnas no cuentan con el respaldo del pueblo, malos efectivos de la Policía y las Fuerzas Armadas, comités cívicos, la jerarquía católica y medios de comunicación hegemónicos. Pero también contó con la participación de la OEA, a través de su secretario general, Luis Almagro; de otros gobiernos, como el de Argentina (Gobierno de Macri), que enviaron armas y municiones a los golpistas, del representante de la Unión Europea y de otras organizaciones no gubernamentales de origen internacional”, afirmó.
Razón por la que su Gobierno se compromete a hacer justicia por las muertes, heridos y detenidos de 2019.
“Nuestro compromiso con el pueblo boliviano es que se haga justicia por las 38 vidas perdidas, por los cientos de heridos, detenidos, por los perseguidos, asilados y exiliados; por las graves violaciones a los derechos humanos que se ejecutaron durante un gobierno de facto (de Jeanine Áñez)”, aseguró.
Asimismo, durante su intervención mencionó que el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) identificó que en Bolivia se cometieron “graves violaciones de derechos humanos, masacres y ejecuciones sumarias”.
“La justica es condición esencial de toda democracia y construcción de verdadera paz social, (en el Gobierno de facto) se vulneró el derecho a la presunción de inocencia”, puntualizó.