Jair Bolsonaro regresa a Brasil este jueves con un escenario complicado ante la justicia después de tres meses en Estados Unidos.
Bolsonaro enfrenta cinco investigaciones en el Supremo Tribunal Federal (STF), susceptibles de penas de prisión.
Entretanto, cuatro fueron abiertas durante su presidencia (2019-2022).
Mientras que en la última es investigado como presunto instigador del asalto a los tres poderes por parte de seguidores suyos el 8 de enero en Brasilia.
En uno de los casos, Bolsonaro fue acusado por su exministro de Justicia Sergio Moro.
Por interferir en la policía para proteger a familiares sospechosos de corrupción.
Escenario complicado
También es investigado por difundir desinformación sobre el sistema electoral de urnas electrónicas.
Las otras dos pesquisas son por haber filtrado informaciones confidenciales de una investigación policial por un ataque cibernético a la corte electoral.
Y por declaraciones sobre la pandemia de COVID-19, cuando asoció la vacuna con un supuesto riesgo de contraer VIH.
Al dejar la presidencia y perder su fuero privilegiado, una decena de pedidos de investigación recibidos por el STF comenzaron además a ser derivados a primera instancia.
Entre ellos, es señalado por «subversión al orden» por su participación en actos con consignas antidemocráticas el 7 de septiembre de 2021.
Cuando atacó a jueces de la corte suprema y dijo que solo dejaría la presidencia «preso, muerto o con una victoria».
En el caso «muy poco probable» de que fuera condenado de forma definitiva y a las penas máximas por esos delitos, el expresidente enfrentaría casi 40 años de cárcel.
Así confirmó Carla Junqueira, abogada y doctora en derecho por la Universidad de Sao Paulo.
¿Puede ser detenido?
Bolsonaro reconoció los riesgos legales que enfrentará una vez pise suelo brasileño.
«Una orden de prisión puede aparecer de la nada», dijo al periódico The Wall Street Journal, en entrevista publicada el 14 de febrero.
Según la ley brasileña, un detenido puede ser preso solo una vez se han agotado todas las instancias de apelación.
O bien si un juez considera, durante las investigaciones, que su libertad compromete el proceso.
La primera hipótesis es poco probable a corto plazo, dados los tiempos habituales de la justicia.
La segunda tiene un precedente reciente: en 2019, el expresidente Michel Temer (2016-2018) fue preso menos de cuatro meses.
Fue después de dejar el cargo por supuesto desvío de dinero.
Un tribunal revirtió esa decisión de primera instancia al cabo de cuatro días.
¿Puede quedar inelegible?
El expresidente ultraderechista también corre riesgo de ser declarado «inelegible» debido a los 16 casos que se tramitan en el Tribunal Superior Electoral.
Si resultara condenado, se le podría prohibir disputar elecciones por ocho años, dejándolo fuera de las presidenciales de 2026.
Dos acciones son por ataques verbales al proceso electoral y a las urnas electrónicas.
Otras denuncian el uso de la maquinaria pública en beneficio propio durante las presidenciales de octubre.
Cuando fue derrotado por el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
La investigación más avanzada, que amenaza su futuro está relacionada con una reunión que Bolsonaro celebró con embajadores, el 18 de julio de 2022 en Brasilia.
Ese día, exhibió una presentación de Power Point con desinformación sobre las urnas electrónicas.
La justicia analiza si hubo abuso de poder político y uso indebido de los medios de comunicación.
Fuente: La Razón