China conquista el mercado automotriz mexicano y EE UU está preocupado

China se ha consolidado como el principal proveedor de autos en México, con exportaciones por valor de 4,600 millones de dólares, en 2023. BYD ya ha superado a Honda y Nissan en ventas globales.

China se ha posicionado como el principal proveedor de autos en México, con exportaciones que alcanzaron los 4,600 millones de dólares en 2023, según datos de la Secretaría de Economía.

BYD, el fabricante chino de automóviles, superó a Honda y Nissan para posicionarse como el séptimo mayor fabricante de automóviles del mundo por número de unidades vendidas durante el trimestre de abril a junio, impulsado por la creciente demanda de sus vehículos eléctricos asequibles, según datos de los fabricantes de automóviles y la firma de investigación MarkLines.

Las ventas de vehículos nuevos de BYD aumentaron un 40% interanual, alcanzando las 980,000 unidades en el trimestre, mientras que la mayoría de los principales fabricantes de automóviles, incluidos Toyota y Volkswagen, experimentaron una disminución en sus ventas. Gran parte del crecimiento de BYD se atribuye a sus ventas en el extranjero, que prácticamente se triplicaron en el último año, llegando a las 105,000 unidades.

BYD está evaluando la ubicación de su nueva planta en tres estados mexicanos: Durango, Jalisco y Nuevo León. La inversión extranjera sería un impulso económico para México. BYD ha afirmado que una planta allí crearía alrededor de 10,000 empleos. BYD, competidor de Tesla, comercializa su modelo Dolphin Mini en México por aproximadamente 398,800 pesos, unos 21,300 dólares, lo que representa un poco más de la mitad del precio del Tesla más económico.

Impedidos de ingresar a Estados Unidos debido a los aranceles, los fabricantes chinos de vehículos eléctricos han explorado otros mercados para comercializar sus autos de alta tecnología. Sin embargo, a medida que México se consolida como un mercado clave para los vehículos eléctricos chinos, los funcionarios en Washington temen que el país pueda ser utilizado como una «puerta trasera» para acceder al mercado estadounidense.

Ese acceso sin aranceles forma parte del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), una versión actualizada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que, desde 2018, eliminó los aranceles sobre muchos productos comercializados entre los países de América del Norte. De acuerdo con el tratado, si una empresa automotriz extranjera fabrica en Canadá o México y puede demostrar que los materiales utilizados son de origen local, sus productos pueden exportarse a Estados Unidos prácticamente libres de impuestos.

Según las cifras oficiales, el 20% de los vehículos ligeros vendidos el año pasado en México fueron importados desde China, lo que representa 273,592 unidades y un incremento del 50% en comparación con 2022. Actualmente, la mayoría de los vehículos importados desde China provienen de marcas occidentales que han establecido plantas de manufactura en ese país, como General Motors, Ford, Chrysler, BMW y Renault.

México es el segundo mayor mercado para los automóviles chinos a nivel mundial, solo por detrás de Rusia, según datos de Linked Global Solutions (LGS), una empresa especializada en negocios entre China y países de América Latina.

Una guerra comercial contra China

Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han intensificado una guerra comercial contra China, enfocándose en los automóviles y la producción de chips semiconductores, los cuales han sido objeto de investigaciones por prácticas predatorias, aranceles y restricciones. Esta nueva estrategia geopolítica está impulsando a empresas occidentales a buscar alternativas para reubicar sus fábricas fuera de China, una tendencia conocida como «nearshoring».

Preocupado por el posible impacto en los fabricantes de automóviles nacionales, Estados Unidos ha elevado los aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China al 100%. Por su parte, Canadá está considerando la posibilidad de implementar sus propios aranceles.

WIRED