Cruzar el río en una peligrosa liana para ir a la escuela: el drama de 150 niños en Colombia

Arriesgar la vida para ir a la escuela o quedarse sin educación. Ese es el dilema de los niños que habitan en Felisco y Palmas de Felisco, en el norte de Colombia, donde los más pequeños deben atravesar a diario el río Chicamocha suspendidos en una peligrosa guaya.

Las imágenes de los pequeños aferrados a la liana de acero y suspendidos sobre el caudal del río, mientras se ayudan con sus propias manos para atravesar el trayecto de unos cien metros, se han vuelto virales en las últimas horas, pero muestran una problemática de vieja data en esa localidad del departamento de Santander.

Hace tres años, la Justicia ordenó la construcción de un puente para facilitar el paso, luego de que se cayera el anterior, pero las autoridades han hecho caso omiso, lo que pone en riesgo las vidas de unos 150 niños de la localidad, así como la de los adultos que a veces se cuelgan de la liana para ayudarlos a cruzar.

Lo insólito es que, ante la postergación de la construcción de la obra, el juez instruyó a la comunidad a que educaran a los niños para que aprendieran a atravesar el río mediante las guayas, aseguró el veedor ciudadano Marco Antonio Velásquez, en declaraciones a Caracol Radio. «Eso es totalmente ilógico», aseveró.

Según detallaron medios locales, el viaje diario de los niños comienza desde el municipio Molagavia, en Santander, hasta Mogotes, donde van a las clases de la escuela más cercana.

La otra alternativa para los pequeños, en caso de no cruzar el río, es ir a un colegio que se encuentra a dos horas y media del lugar donde viven. El trayecto implica 60 minutos a pie y el resto en carro o motocicleta. 

Riesgo inaudito

Velásquez también contó que las guayas «se han venido debilitando«, lo que acrecienta el riesgo de usarlas para cruzar el río, que además ha incrementado su cauce por las recientes lluvias.

Aunque el fallo de un juez de Bucaramanga ordenó al municipio de Molagavita la construcción de un puente militar, en colaboración con la Gobernación de Santander y la Oficina de Gestión del Riesgo, de la obra no se sabe nada.

Mientras tanto, los representantes prefieren correr el riesgo de que los pequeños crucen el río para ir a la escuela, ya que no quieren que sus hijos sigan estudiando mediante guías, como lo estableció la Secretaría de Educación.

«La comunidad afectada toma la decisión de que volvamos a clase a los muchachos para solucionar el problema de que se van a quedar sin estudios este año. Grave, pero van a estudiar exponiendo sus vidas«, lamentó el veedor ciudadano.

Fuente: RT

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