El Departamento de Estado de EE.UU., a través de su Bureau of Western Hemisphere Affairs (Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental), rechazó categóricamente las acusaciones del gobierno boliviano sobre una presunta participación estadounidense en el intento de golpe del 26 de junio. En un comunicado, calificó estas imputaciones como «falsas y ofensivas», reafirmando su apoyo al «estado de derecho» y acusando al oficialismo de usar el episodio para ocultar sus propias «luchas internas de poder”.
En un post publicado en X (Twitter) menciona: “Hemos visto las acusaciones falsas y ofensivas que vinculan a Estados Unidos con los sucesos del 26 de junio. Apoyamos firmemente la democracia y el Estado de derecho, algo que el pueblo y el gobierno bolivianos saben. El gobierno del MAS sabe que sus afirmaciones son falsas; dejen de intentar involucrar a Estados Unidos en las luchas internas de poder en Bolivia.”
El gobierno del MAS insistió en vincular a EE.UU. con los militares rebeldes, aunque sin presentar pruebas contundentes.