Tratamiento

Régimen Penitenciario desmiente presunta interrupción en tratamiento médico de Fernando Camacho

El director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, desmintió este martes que el tratamiento médico que recibe el detenido Luis Fernando Camacho hubiera sido interrumpido en el penal de Chonchocoro. “Desmentimos absolutamente, él está, en este momento, con su tratamiento, tiene una audiencia, él ha solicitado participar de la audiencia como corresponde en el cumplimiento de esta orden judicial, pero su tratamiento ya está corriendo”, aseveró Limpias en entrevista con Radio Compañera. Este martes, el abogado de Camacho denunció que su defendido habría sido desconectado de su suero, sin embargo, desde la administración penitenciaria se garantizó el cumplimiento de su atención médica y de su tratamiento. La dirección de Régimen Penitenciario emitió también un comunicado aseverando que el privado de libertad recibe actualmente su tratamiento y que estaba a la espera de su audiencia de medidas cautelares. “El suministro del suero que recibe el privado de libertad se le realiza cada 21 días, para lo cual el señor Camacho, mediante una carta solicito el ingreso de su enfermera particular para que pueda ingresar al Centro Penitenciario de Chonchocoro y supervisar el tratamiento médico que tiene una duración de 24 horas, el cual fue aceptada por la Dirección general de Régimen Penitenciario”, se lee en el comunicado oficial. Asimismo, detalla que el detenido aseveró de manera verbal a las autoridades del penal, que podría asistir a su audiencia “sin problema alguno, ya que el suero no perjudica su movilidad para diferentes actividades cotidianas”. “Somos respetuosos del derecho a la salud y defensa de las personas privadas de libertad, por lo que garantizaremos que estos se cumplan de manera estricta y responsable con cada persona que se encuentra recluida en los Centros Penitenciarios del país”, remarcó esta institución. Fuente: ABI

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Bolivia tiene 26.207 personas con VIH-SIDA y el Gobierno las asiste con tratamiento gratuito

El gobierno del presidente Luis Arce presupuestó 18 millones de bolivianos de recursos estatales para el tratamiento antirretroviral gratuito, servicios de atención, detección y pruebas para personas infectadas con VIH-SIDA. “En estos dos años de gestión del presidente Luis Arce, se han destinado 18 millones de bolivianos de recursos provenientes del Tesoro General de la Nación para el tratamiento antirretroviral de pacientes que contrajeron la enfermedad del VIH-SIDA”, informó el director Nacional de Epidemiología, Freddy Armijo, al conmemorar este jueves el «Día Mundial de la lucha contra el Sida». El Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia, dijo Armijo, trabaja de forma constante en prevenir la enfermedad y en concienciar sobre la responsabilidad que debe asumir la población ene se tema. Según datos oficiales, Bolivia tiene 26.207 personas viven con VIH-SIDA las cuales tienen garantizado el tratamiento antirretroviral de forma gratuita y cuentan, además, con el Sistema Único de Salud (SUS), que garantiza una atención integral de salud gratuita para quienes no tienen seguro social.  Remarcó que los pacientes afectados con esta patología también sufrieron consecuencias negativas en su tratamiento a causa de la pandemia de la Covid-19 y que además se vieron agravadas por la inacción y abandono del gobierno transitorio. Fuente: ABI

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Qué es el síndrome del acumulador compulsivo, el trastorno mental que te lleva a vivir en medio de objetos inútiles

Tazas de té, frascos vacíos, latas, muñecos de peluche, contenedores de plástico, CDs… En la casa de Edward Brown uno puede conseguir casi de todo.Apilados unos sobre otros sin una lógica aparente, los objetos que Edward Brown ha acumulado a lo largo de su vida han hecho de su hogar un lugar difícil de habitar.»No hay espacio para que la gente se mueva si viene aquí», le dice a la BBC este hombre de 60 años de Blackburn, una ciudad industrial en el norte de Inglaterra.Reconoce que tiene un problema, pero le cuesta lidiar con él. «(La tendencia) a coleccionar cosas a veces se me escapa de las manos», dice, «pero el estrés de vivir con ese desorden me pone en ‘modo déjame en paz’». Brown sufre lo que se conoce como síndrome del acumulador compulsivo, un trastorno mental que genera en quien lo padece una gran dificultad para deshacerse de objetos que para otras personas no tienen valor alguno o son poco importantes. «Esta dificultad para desechar cosas suele conducir a un considerable desorden, que hace que el espacio habitable sea imposible de navegar» y donde las «habitaciones no pueden utilizarse para el fin con el que fueron diseñadas: no puedes usar la cocina para cocinar o la habitación para dormir», le explica a BBC Mundo Gregory Chasson, psicólogo clínico y profesor asociado del departamento de psicología del Instituto de Tecnología de Illinois, en EE.UU. Desde papeles de diario, revistas, contendores de comida, zapatos y cables, hasta paraguas o tapitas de botellas. Cosas en buen estado o destruidas por el uso y el tiempo, se transforman en objetos preciados para el acumulador. Se trata de una condición que no distingue entre hombres y mujeres, cultura o situación económico-social. Afecta al menos a un 2,6% de la población mundial, con porcentajes más elevados en personas mayores de 60 años y en aquellas con otros diagnósticos psiquiátricos como ansiedad o depresión, según indica la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. Y, la severidad de sus síntomas, de acuerdo a un estudio publicado en el Journal of Psychiatric Research, «ha empeorado notablemente» durante la pandemia de covid-19. «Como si fuera mi hermana» Otra característica importante es el fuerte impulso que tienen las personas que padecen este trastorno de adquirir y guardar objetos. «No es solo el caos que podemos ver sino también esa urgencia de comprar cosas o recoger cosas gratis, o de guardar objetos que llegaron de forma pasiva a su vida», le dice a BBC Mundo Christiana Bratiotis, profesora asociada de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá. «Los quieren preservar por las creencias que tienen respecto a estos objetos y por la fuerte conexión emocional que tienen con estos». Bratiotis cuenta que algunos de sus pacientes pueden decirle cosas como por ejemplo: «Esta colección de objetos significa tanto para mí como mi hermana. Y desprenderme de ella sería como cortar todos los lazos con ella». «Representa parte de su identidad», explica. A esto se le suma la creencia de que, algún día, pueden llegar a necesitar estos objetos, ya sea para el uso para el que están destinados, para uno alternativo o como parte de un proyecto creativo. Los peligros de acumular Los peligros para la salud de no abordar este problema son múltiples y más serios de lo que aparentan, empezando por los físicos. Qué síntomas produce la ansiedad y en qué se diferencia de la depresión «La acumulación compulsiva puede dar lugar a todo tipo de ambientes peligrosos: riesgos de incendios, de caídas, de lesiones y un riesgo tremendo de infestación que aumenta la posibilidad de desarrollar enfermedades como el asma», nota Chasson. En términos de salud mental, deja a quienes lo sufren aislados socialmente: guardan el secreto de una condición «estigmatizadapor la sociedad, que lo interpreta como un problema de pereza, inmoralidad o carencia de estándares personales y no lo entiende como uno de salud mental», argumenta Bratiotis. Continuum Si bien muchos podemos identificarnos con la tendencia a conservar objetos ya sea porque son bellos, por si acaso, porque nos traen lindos recuerdos o porque pensamos que podemos encontrarle algún tipo de utilidad -desde el punto de vista evolutivo somos en esencia cazadores recolectores y tendemos a traer y conservar objetos en nuestra vida- eso no nos convierte necesariamente en acumuladores compulsivos. Es importante entender que es un comportamiento y, como tal, «ocurre en un continuum, que va desde leve hasta severo«, explica Bratiotis. ¿Cuándo estamos ante un caso de acumulación compulsiva o simplemente frente una persona con «alma de coleccionista»? «A veces es una línea difícil de trazar», señala Chasson, «pero se convierte en un problema y en algo diagnosticable cuando causa impedimentos o angustia en el individuo o en quienes están a su alrededor». También cuando la actividad diaria dentro del hogar se ve imposibilitada por el desorden y la acumulación. Probablemente tengas en tu cabeza la imagen de una vivienda repleta hasta el techo de cosas inútiles, donde no cabe un alfiler, con una montaña de objetos acumulados que apenas deja espacio para que su dueño -una persona de mediana edad o mayor- pase por la puerta. No es desacertada, pero estos son los casos más extremos, y los que llegan -por razones obvias- a las noticias y programas de televisión. Para hacerte una imagen más precisa puedes referirte a la foto de abajo, que es uno de los recursos que se utilizan para evaluar cuándo la tendencia a acumular se ha convertido en un problema de salud mental. Es parte de una serie de imágenes que muestran 9 fotos de una sala, 9 de una cocina y 9 de una habitación, ordenadas de 1 a 9 según la cantidad de objetos acumulados (1 es sin desorden, 9 es el grado más severo). Provienen de un estudio publicado en el Journal of Psychopathology and Behavioral Assessment en 2008, e indican que, por encima de 3, estamos ante la presencia de un acumulador compulsivo. Causas La acumulación de objetos, sin embargo, es solo la manifestación del problema, la cara obvia. «Por debajo del desorden, tanto metafórica como literalmente hay partes

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