El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, inauguró este lunes la conferencia internacional sobre la situación humanitaria en Afganistán advirtiendo que ese país afronta sus «horas más peligrosas» y necesita más ayuda internacional para superarlas.
«Es el momento de que la comunidad internacional esté con ellos», subrayó Guterres, quien matizó que incluso antes de que el poder en Afganistán fuera recuperado por los talibanes el país ya experimentaba «una de las peores crisis humanitarias globales».
A medida de que se consolida el Gobierno talibán, a casi un mes de tomar el poder, la situación en ese país se torna más compleja desde la crisis sanitaria y humanitaria, la política hacia las mujeres y derechos humanos de la nueva administración y las relaciones de Afganistán con el mundo.
Según estimaciones de la ONU, serán necesarios unos 606 millones de dólares de cara a diciembre para evitar que la situación humanitaria se agrave considerablemente, si bien muchos países han expresado su preocupación sobre cómo se invertirá esta cuantía ahora que los talibán se encuentran al frente del país.
La toma de posesión de los talibanes y el consiguiente recorte de los fondos internacionales ha exacerbado una situación económica que ya era insostenible.
Las acciones de la nueva administración de los talibanes apuntan a la búsqueda del reconocimiento y al desbloqueo del aislamiento internacional y financiero en el que quedó sumergido el país tras la retirada de las fuerzas internacionales y la victoria islamista.
Sin haber recibido un reconocimiento internacional pleno, un avión de la compañía paquistaní PIA aterrizó este lunes en el aeropuerto de Kabul, el primer vuelo comercial internacional desde que el Talibán tomó la ciudad capital el pasado 15 de agosto.
Este es uno de los primeros signos de normalización económica para el país y su principal aeropuerto internacional, que había sido asediado a finales de agosto por miles de afganos que querían salir del país tras la vuelta al poder del movimiento insurgente.
El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el banco central de Estados Unidos cortaron el acceso de Afganistán a fondos internacionales en las últimas semanas. Los bancos de Afganistán fueron cerrados y muchos cajeros automáticos no distribuían efectivo.
En otro orden de cosas, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, dijo a Sputnik que es necesario interactuar con las nuevas autoridades afganas para evitar un deterioro de la situación.
Fuente: Telesur