Ali Jr. ilusiona con correr un Dakar

Después de conquistar el título nacional de automovilismo, el piloto paceño Ali Ernesto Abo el Nour Simon se ha propuesto para el futuro muchos objetivos y uno de ellos es representar al país en el rally Dakar. Un sueño caro, pero no imposible.

Ali, ¿cómo nació su pasión por el automovilismo?

– Mi pasión por el automovilismo nace desde la cuna porque veía al campeón nacional, mi padre, amigo y mentor, al ‘Faraón de las Rutas’, Ali Eid Ali. Nací en el auge de su actividad deportiva, cuando la gente lo quería muchísimo y aún lo sigue queriendo cuando lo ven en cada ciudad, en cada pueblo, donde hemos ido a competir.

¿Qué le ha atraído?

– La principal atracción para correr fue la pasión, el cariño de la gente que está alrededor del vehículo, el equipo que se siente identificado con lo que uno hace en las buenas y en las malas. Todo es como un reloj, se debe mantener las piezas juntas y unidas para que todo funcione bien.

La armonía entre el piloto y el navegante debe ser única para no tropezar con dificultades. Es un deporte que requiere de mucha concentración y apoyo. Sin el auspicio con el que contamos sería muy difícil correr en las competencias.

La fe influye mucho, creo en las personas, en Dios y en la Virgen de Copacabana que me bendicen para practicar el deporte que más amo y que lo haga de buena manera.

Es un deporte como dice mi papá: de suerte, puedes tener el mejor auto, el mejor equipo, ser el mejor piloto, pero si la suerte no te acompaña no vas a lograr jamás los resultados que quieres. Esas cosas me han atraído de este hermoso deporte.

La emoción que lleva a los más recónditos lugares del país, uniendo carreteras, allá donde muchas veces o quizá nunca llegue el fútbol de primer nivel para el disfrute y deleite de la gente.

¿No siente miedo?

– Muchas veces me sucedió eso. Mi abuelo Luis Assad Simon (+) me decía que todos los que practicamos este deporte tenemos un porcentaje de locura en la cabeza y en eso tiene mucha razón, al principio no lo entendía, después logré comprender.

Es impresionante cómo la adrenalina cuando más peligroso es el camino más nos atrae, es impresionante saber cuán rápido puedes ir, mejor te sientes dentro del auto, más sonríes y tus serotoninas suben mucho más que cuando estás a bajas velocidades.

Es impresionante disfrutar, roncear, frenar a último minuto, cuando otros frenarían por completo, de correr por caminos que la gente ni siquiera se animaría a manejar; por ejemplo, en el camino de la muerte como se lo conoce a las rutas de los Yungas paceño, donde hemos tenido la bendición de obtener uno de los títulos más importantes a nivel personal, hemos ganado la Vuelta a La Paz y la Vuelta a los Yungas. Fue la primera vez que lo hicieron un padre y un hijo.

¿Son locos los pilotos?

– Definitivamente, no podemos estar cien por ciento en nuestros cabales, debemos tener alguna psicopatía dentro nuestro porque arriesgamos nuestras vidas, de nuestras familias, nuestro tiempo, patrimonio, salud, estado físico, de nuestros navegantes, que para mí están más locos porque no toman el control del habitáculo, sino que están leyendo la hoja de ruta, al ritmo que andamos; el piloto tiene que confiar más en el navegante que en su propia mujer porque si se equivoca en una nota cantada puede ser el final de todos tus anhelos.

¿Esos factores no le han hecho pensar en el retiro?

– Para nada, siempre para adelante. Una de las pocas cosas que me ha dado a pensar es mi familia, mi madre, mis hermanos, pero nunca en un adiós porque amo el automovilismo, es mi vida, es lo que más me gusta hacer por encima de muchas cosas.

¿Qué le atemorizó más?

Más que miedo, pena de que mi mamá Marinella Simon lo rechace tanto, no quiere saber nada de automovilismo, como la adoro es una espina en el zapato que me perjudica en las competencias.

¿Qué aprendió de su padre?

– Muchas cosas. Antes que en el automovilismo las aprendí en la vida. Es una persona perseverante, trabajadora, humilde, amorosa, querendona de su tierra y su gente, alguien que lucha por lo que ama y deja todo por ella. Soy un orgulloso de cargar esa mochila tan pesada en mi espalda, llena de valores y amor.

¿Sueña ganar los títulos que consiguió su papá?

– No, es muy difícil, es otra cosa, es otro nivel, es un ídolo y lo que ganó cuando corría, el amor de la gente, por su carisma y corazón, imposible, ni siquiera igualar.

Los consejos que me ha dado dentro del habitáculo han sido importantísimos y gracias a ellos hoy estoy feliz y festejando un título nacional, de darle una alegría a La Paz después de mucho tiempo, cuando antes tenía a los ‘jefes’ del automovilismo boliviano, como Armin Franulic (+), Roberto Nelkembaun, Armando Paravicini, Sergio Kosky y muchos otros nombres del deporte tuerca paceño que hacían temblar a todos los rivales.

La época de oro del automovilismo paceño no volverá fácilmente, pero los jóvenes apasionados por este deporte vamos a trabajar para que eso suceda lo antes posible.

¿A qué le motiva haber ganado su primer título nacional?

– El triunfo me motiva a demostrar que no solo soy un piloto rápido, que de ellos hay muchos, pero corredores veloces que te puedan llevar una máquina íntegra y sin ningún rasguño hasta la meta hay muy pocos. Eso hemos aprendido y practicado este año, hemos sido la mezcla perfecta entre rápidos y seguros, entre organización, disciplina, perseverancia, pulcritud y buenos resultados.

¿Quiénes son sus ídolos aparte de su papá?

– Dios, Jesucristo y la Virgen son mis guías principales, mi madre por habernos criado como personas de buen corazón. Mis ídolos en el deporte son Sebastián Loeb a nivel de rally, el gigante Ayrton Senna (+) en Fórmula Uno, Michael Schumacher y en WCR me gusta Ott Tanak y Thierry Neuville y un paisano a quien tuve el gusto de conocer cuando pasó el rally Dakar por Bolivia, Nasser Saleh Al Attiyah.

¿Está en sus planes correr un Dakar?

Es el objetivo mayor de cualquier piloto, así como correr el rally mundial y eso es un poco como el fútbol, porque necesitas tener condiciones: juventud, un equipo y muchas otras cosas. Pensar en un Dakar es muy importante para nosotros, si bien es un deporte muy caro creo que las empresas se están dando cuenta de que los pilotos bolivianos estamos en un nivel excepcional.

¿En qué carera aceleró a más de 200 kilómetros por hora?

– Nuestros autos están preparados para generar altas velocidades, pero no en velocidad final porque es prohibido por reglamento de rally tener rectas mayores a un kilómetro y si hay se necesita una chicana para obligar a bajar la velocidad son reglas que implantó la FIA para evitar accidentes.

La pericia en el rally es qué tan rápido puedes entrar a una curva, como por ejemplo en los caminos de los Yungas de 90 grados y donde solamente entra un auto, ahí se ve la cualidad de un piloto.

En un auto Mercedes Benz de mi padre y en una recta larga hemos llegado a los 280 kilómetros por hora.

– Lo negativo es la falta de apoyo de las autoridades y empresarios. Soy un fanático del fútbol, stronguista, pero definitivamente no somos buenos y hay que saber asumir esa realidad. La gente de Finlandia es pésima para jugar fútbol, pero son increíbles pilotos de rally y Fórmula Uno.

A nivel de Bolivia tenemos a Marquito Bulacia ganándoles a pilotos finlandeses, españoles. Cuando vamos a jugar un partido nos cuesta ganarle a Haití, con todo respeto a nuestros futbolistas, en automovilismo estamos demasiados alto y debemos aprovechar eso. 

Fuente: Ahora el Pueblo

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