Carol Gainsborg: «Toda crisis genera miedo y el miedo es caldo de cultivo para el conservadurismo»

Entrevista por Andrés Huanca Rodrigues

Carol Gainsborg es una filósofa, educadora e investigadora en temas de diversidad sexual y género, entre otros. En los últimos años ha desempeñado sus labores en el departamento de Santa Cruz, región en la que habita la crisis social y política que vive Bolivia desde el golpe de Estado del 2019. Buscando no dejarse encasillar en bloques cerrados y siguiendo el «hilo» que le permita no quedar atrapada en el laberinto de la polarización, en enero de este año reflexionó críticamente sobre la realidad política y social de Santa Cruz a contracorriente de la visión hegemónica de cierta élite conservadora, granjeándole más de una polémica.

Con el objetivo de analizar las transformaciones que se suscitan en Santa Cruz a través de sus pensadores, con Abya Yala inauguramos con Carol esta serie de entrevistas.

Andrés Huanca (A): Vista sin prejuicios, Santa Cruz es una sociedad muy rica en su diversidad. Por mencionar algunos ejemplos, producto de la histórica migración hacia el departamento, es un crisol cultural y étnico que expresa lo que es Bolivia, sobretodo entre su clase trabajadora. O, por otro lado, los movimientos, espacios y expresiones de las disidencias sexuales presentan una importante efervescencia. Sin embargo, esta visión de diversidad se ve eclipsada y engullida por el “modelo cruceño”, que más que representar solamente un modelo económico, contiene sus arquetipos y valores sociales como el emprendedurismo con fuerte componente religioso y conservador. El rostro más visible de esta tendencia es sin duda el Comité Pro Santa Cruz, que entrelaza su capacidad de definir la dirección política del departamento con la constante concentración de riqueza en las élites empresariales reunidas en las famosas logias cruceñas.

Hecha esta caracterización, tengo la impresión de que desde el 2019 Santa Cruz vive un proceso que profundiza estas tendencias y acelera vuelcos culturales al interior mismo del departamento, le llamaremos un “giro conservador”. ¿Consideras que existe este “giro conservador” en Santa Cruz? ¿Cuál es tu “radiografía” de la sociedad cruceña que se consolida en la actualidad y se proyecta a futuro?

Carol Gainsborg (C): Lo que te comentaré es una opinión como tantas.

Cuando hablamos de Santa Cruz, hablamos de una sociedad harto diversa. Estamos hablando de una de las regiones del país con mayor inmigración tanto interna como externa. Un proceso de migración así de marcado implica necesariamente una crisis. Se trata de un proceso de transformación social y cultural no menor. Toda crisis genera miedo y el miedo es caldo de cultivo para el conservadurismo y en extremo para el odio. Sin embargo, es también posibilidad de transformación y la transformación siempre implica vida.

Latinoamérica toda, no solo Bolivia, enfrentan un proceso de polarización política que es resultado también de la inserción de poderes fácticos que responden a intereses económicos que se anidan en los medios de comunicación y en espacios como las redes sociales, que instalan una serie de conceptos, de lugares comunes que apelan al miedo. Promoviendo que la contienda política no responda más a los proyectos propuestos, sino a la acción de rechazo o al voto en contra de aquello a lo que se teme.

Este nuevo juego de la política se arraiga también en Bolivia y con más fuerza en Santa Cruz por el polo económico que representa y el modelo de desarrollo que propone. Hoy en día es muy fácil desinformar e instalar estos lugares comunes que apelan a la autopreservación antes que a cualquier proyecto. Si le dices a la gente que el Estado atenta contra la propiedad privada, elimina la religión, adoctrina ideológicamente a las nuevas generaciones formando ejércitos comunistas, que se instala desde la izquierda el gobierno del “gran hermano” que todo lo controla y además sumas el factor étnico-racial a la representación de los polos, construyes enemigos perfectos, a quienes temer y odiar. Pero si por el otro lado, dices que ese que viene del “Oriente” es sinónimo del conquistador que hace quinientos años nos quitó todo, que te despojará de la dignidad de ser persona nuevamente, los miedos y odios están azuzados.

Nuestras acciones son resultado de la manipulación mediática de poderes fácticos que responden a intereses económicos y políticos de grupos de poder. Ante la ausencia de unidad discursiva por parte del partido de gobierno y por parte de la oposición, el juego de poder en la cancha política es el ataque frontal y desprestigio hacia individuos que encarnan los mayores temores de la población, de un bando y del otro. Lo más común en el espacio público es el manejo de las falacias “ad hominem”, no se propone nada, solo se ataca y destruye al otro como recurso de supervivencia.

Entonces, en un contexto de migración y transformación social y cultural y una polarización política como la que enfrentamos es comprensible un retorno al conservadurismo por quienes sienten tener más derecho sobre este territorio. Es de esta manera, que resurgen verdades simples para problemas complejos. Resurgen planteamientos positivistas de principios del siglo XX que sustentan en el socialdarwinismo el discurso de un pueblo superior a otro con el solo argumento del grupo étnico al que pertenece. Se rescatan planteamientos de Gabriel René Moreno, de Antelo o incluso de Diez de Medina, para hablar del indio bueno y cristiano, que se diluye en el mestizaje con el blanco, frente al indio andino duro, moralmente cuestionable y étnicamente imborrable. Tiene sentido también, que la negligencia histórica de las élites políticas del Estado boliviano se asocie con la política de “Occidente”, que se pretenda reducir el abandono del territorio boliviano por intereses económicos de las roscas responsables del gobierno de Bolivia a lo largo de su existencia como república, como un atentado contra el “Oriente” en un afán discursivo que por un lado, asienta una identidad local distinta, pero que además construye la idea de un modelo de desarrollo alternativo al fracaso histórico occidental, asociado al desarrollo económico “exitoso” de Santa Cruz los últimos años. Se construye así el discurso de Santa Cruz no le debe nada a nadie, se hizo sola, pero a su vez, alberga la posibilidad de, llamémoslo “acambamiento” de quienes llegan a esta tierra. Se trata de una región plagada de riqueza, en crecimiento económico, que posibilita el ascenso social para los migrantes sin que la “casta” blancoide occidental le prohíba el ascenso, que fue la realidad que occidente condicionó para quienes fueron marcados como indios o cholos.

La posibilidad entonces de ascenso social, de realización individual, de bienestar familiar y proyecto vital que Santa Cruz ofrece para el resto del país, provoca el deseo. No es en vano el dicho: “el camba nace donde quiere”. En este sentido, alinearse a un discurso conservador, que defiende esa identidad e idiosincrasia que se asocia con el progreso y el bienestar, es fácil de abrazar. Mucho más fácil de abrazar, cuando el proyecto político marcado como opositor o enemigo puede tan fácilmente vincularse con un gobierno autoritario, resultado de sus propios fracasos y miserias, resultado de la angurria de poder, la corrupción, el prorroguismo y el mismo caudillismo que tanto daño históricamente nos ha hecho.

Es habitando la crisis que nos encontramos, cada quién buscando quién es, qué cree, a qué o quién pertenece. Aferrándonos a lo que creíamos como válido por miedo a cambiar, redifiniendo, reconstruyendo, haciendo consciente lo que fuimos, pretendimos ser, dejamos de ser o nunca fuimos y lo que queremos ser. Al menos nos estamos mirando, así sea solo para negarnos mutuamente, nos estamos pensando. El cambio implica transformación, pero también sanación y vida. Somos un pueblo, los bolivianos todos, lleno de complejos, mirar el trauma, es el principio de la sanación, aunque provoque dolor.

A: Tengo entendido que tú misma fuiste blanco del asedio mediático y político del bloque que gira en torno al Comité Pro Santa Cruz ¿Cómo esta experiencia se inscribe e imbrica en la “radiografía” social que hiciste de Santa Cruz?

C: Aportar a la polarización de las posturas, no genera nada bueno. Quizás no lo expresé bien en su momento, y haber dicho que Santa Cruz no era solo el discurso de una élite o dirigencia, haber dicho que por eso no podía calificarse como racista a esta región, hablado de la transformación de la sociedad en Santa Cruz desde la “marcha al Oriente” hasta hoy, planteado que la transición de 50.000 habitantes a 3 millones en el lapso de 70 años en este territorio implicaría transformación social, cultural y étnica resultado de la migración, se leyó como un atentado contra lo “cruceño o camba puro”.

La propuesta entonces y ahora, es que no podemos seguir pretendiendo comprender la realidad en valores netamente absolutos, no alcanzan para definirnos o entendernos. No podemos seguir construyendo lo que somos en base a la negación de lo distinto. Por siglos, reconocimos nuestras diferencias solo para negarlas después, y con ello validar la propia lectura de realidad. Cuando quizás en realidad, no somos tanto yo y otro, sino que somos más nosotros. Quizás no sea tan terrible reconocer que la existencia de lo distinto no anula lo propio, sino que lo erotiza, lo potencia en la capacidad creadora, no destructora. Nos hemos convencido de pensar en términos de competencia y rivalidad como únicas posibilidades de autorrealización, cuando quizás nos hace mucha más falta la compasión y la vulnerabilidad como posibilidades para la felicidad. Quizás otras formas de convivencia en comunidad son posibles y no son ingenuidades o quimeras solamente.

Desarrollamos un sistema global de sociedad y civilización, que funcionó como la conocemos y nos convencimos de que es la única posible, cuando el límite es infinito. Sin embargo, cualquier propuesta de orden social nuevo, implicará crisis, porque de una u otra manera conllevará tomar conciencia de la injustica, la inequidad en base a las que construimos el modelo, lo que implica colateralmente atentar contra los privilegios, que valga la redundancia siempre valen para unos cuantos, que se aferrarán a estos con todo lo que tienen.

A: Toda revolución crea su reacción y toda reacción crea su resistencia. Teniendo de telón de fondo tus propios horizontes emancipatorios ¿Cuáles creen que son los polos de resistencia y alternativas en Santa Cruz a los elementos negativos que se incuban a nivel sociocultural y que tratamos en esta entrevista? ¿Qué condimentos crees que aún les falta?

C: Los polos de resistencia son los absolutos irreflexivos, de un lado y de otro.

La alternativa es el diálogo, la apertura a la vulnerabilidad para intentar un encuentro entre distintos, pero asusta, da mucho miedo. Lo bueno es que también seduce y existe gente dispuesta a ceder a la tentación de mirarse en los ojos de otro.

Nos falta pensar, nos falta el ejercicio genuino de preguntar, sin tener preelaborada la respuesta inteligente. Nos falta dudar para luego hacernos responsables de quiénes somos. Nos falta libertad, porque la libertad implica conciencia y esta inevitablemente se alimenta de la responsabilidad para con nosotros mismos, pero esencialmente para con los demás.

Nos falta mirarnos al espejo sin tener miedo de reconocer que no somos más que la instantánea que ese momento registra, por lo demás estamos siendo algo distinto todo el tiempo. Aprender a pensar con márgenes borrosos, en vez de absolutos, puede hacer una diferencia. Quizás reconociendo esto, tengamos menos miedo de lo distinto. Tengamos menos miedo a cambiar y más conciencia de nuestro impacto en la verdad desde donde leemos la realidad y reconocer que es solo eso, “nuestra verdad”.

Qué va a pasar, probablemente nos vamos a seguir peleando, nos vamos a seguir negando mutuamente, unos pocos seguirán tomando ventaja de la ignorancia de las mayorías, pero unos cuantos apostarán por hacerse responsables de su entorno de influencia, de su metro cuadrado e irán contagiando a otros y seguirán buscando una sociedad más justa y mejor para todos, como tantas generaciones antes nos han pasado. La ventaja que quizás tenemos es que no empezamos de cero, ya dijeron antes que estamos parados sobre hombros de gigantes que nos antecedieron. ¿Qué condimento nos falta? Pensar en ejercicio de libertad y para eso, necesitamos educación, necesitamos comunidad, pero necesitamos esencialmente la difícil autonomía, hacernos cargo de nosotros mismos.

*Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de Abya Yala Tv.

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