Tres sobrevivientes de abuso sexual en Perú denunciaron que el cardenal Robert Prevost, exobispo de Chiclayo y actual Papa León XIV, encubrió sus casos a pesar de que el sacerdote agresor admitió los cargos. La acusación se hizo pública a través de un informe del programa periodístico «Cuarto Poder» en el Perú.
Una de las denunciantes, Ana María Quispe, relató haber sido abusada a los 9 años por un sacerdote llamado Ricardo Yesquen en una casa parroquial. Los abusos fueron denunciados ante el entonces obispo de Chiclayo, Robert Prevost, León XIV, el nuevo Papa.
Según las denunciantes, Prevost archivó los casos en 2022. Otra sobreviviente, una excatequista, contó haber sido abusada a los 11 años por el mismo sacerdote, Eleuterio Vásquez Gonzales, quien, a pesar de reconocer los abusos ante Prevost, solo fue cambiado de sede.
Las sobrevivientes denuncian que la iglesia les ha negado la designación de un abogado canónico, necesario para que sus denuncias no prescriban en el ámbito eclesiástico. Aunque presentaron una defensa legal, esta fue retirada posteriormente a través de un comunicado.
La diócesis de Chiclayo comunicó que la investigación previa fue derivada a la Santa Sede y que las denunciantes también acudieron a la fiscalía civil, donde el caso fue archivado por prescripción y falta de pruebas.
Ante estas revelaciones, la organización Survivors Network of those Abused by Priests (SNAP) presentó una denuncia formal ante el Vaticano contra el cardenal Prevost por presunto encubrimiento. La denuncia, dirigida a altos funcionarios de la Curia Romana, alega que Prevost permitió que sacerdotes acusados de abuso permanecieran en ministerios cercanos a menores sin informar a las autoridades civiles ni tomar las medidas necesarias para proteger a las víctimas.
La denuncia de SNAP también menciona el caso del sacerdote James Ray en Estados Unidos, quien cuenta con múltiples denuncias de abuso infantil. Bajo la supervisión de Prevost, entonces Provincial de los Agustinos en Chicago, se le permitió residir cerca de una escuela católica sin informar a la administración del colegio sobre su historial.
SNAP exige una investigación exhaustiva e independiente sobre la conducta del cardenal Prevost, cuyos resultados sean publicados. La situación genera preocupación dentro de la Iglesia, ya que Prevost es responsable de supervisar investigaciones contra otros obispos por abuso clerical. Hasta el momento, el cardenal no ha emitido declaraciones públicas sobre estas acusaciones.