Argentina, 21 de agosto de 2025. El partido entre las selecciones Independiente y la Universidad de Chile estaba planificado para ayer por la noche en el Estadio Libertadores de América de Avellaneda, Argentina. Los dos equipos se enfrentarían para participar dentro de las clasificaciones de la Copa Sudamericana. No obstante, el juego no concluyó por los violentos incidentes que provocaron horror y estupor.
El primer tiempo concluyó uno a uno cada equipo. El empate favorecía a la selección chilena, ya que lo llevaba a la clasificación. Fue entonces que comenzó el incidente en la platea superior, donde los hinchas visitantes rompieron los baños y lanzaron proyectiles a la parte inferior.
Al ver este hecho, el árbitro uruguayo Gustavo Tejera decidió suspender el partido. Debido a que los policías no se encontraban por el establecimiento, los enfrentamientos se intensificaron. Por tanto, el encuentro se canceló inmediatamente y los clubes retornaron a los vestuarios.
Lo que comenzó como una provocación entre barras terminó en una brutal embestida de los hinchas del Rojo, que atacaron con inusual violencia a los fanáticos chilenos: los desnudaron, los golpearon y los lanzaron desde las gradas.