El experto en Derechos Humanos y exsecretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, durante su exposición realizada hoy en el Banco Central de Bolivia, manifestó que la manera en la que el país recuperó la democracia de manera pacífica tras el proceso de golpe de Estado de 2019, es para hacer un estudio, ya que por lo general esos hechos desencadenan periodos de enfrentamiento armado.
“Bolivia está representando un nuevo paradigma de respuesta ante el autoritarismo y de una forma de organización social para recuperar su democracia que creo que va a ser objeto de muchos estudios comparados en el futuro y con una perspectiva histórica incluso, sobre cómo fue posible que la sociedad boliviana por sus propias manos, de manera ejemplar, de manera pacífica, recuperó su democracia plena y ha logrado un nuevo momento que les permite generar espacios de reconciliación nacional”, manifestó.
El experto jurista llegó a Bolivia como invitado especial de esta cartera de Estado, mediante las gestiones realizadas por el Viceministerio de Transparencia Institucional y Lucha Contra la Corrupción, para hablar de acceso a la información, transparencia y derechos humanos.
En noviembre de 2019, Abrao solicitó ingresar al territorio junto a una delegación de la CIDH, debido a la alerta que desataron ante la comunidad internacional, las masacres ocurridas en Sacaba y en Senkata, y la serie de vulneraciones a los derechos humanos que se ejecutaron por parte de la administración de facto. “Hoy hemos visto un país muy distinto de aquel que encontramos (en 2019) cuando llegamos con la delegación de la comisión interamericana, en un momento muy duro para todos, para la comunidad internacional también de profundo dolor”.
“La región venía de un momento de profunda desestabilización (…), pero al llegar a Bolivia nosotros verificamos una situación muy particular, de una generalizada y masiva violación a los derechos humanos vinculada a un grave ataque a la institucionalidad democrática del país”, remarcó el experto en derechos humanos.
En ese sentido el jurista brasileño insistió en que “hablar de derechos humanos exige una reflexión sobre la defensa de las democracias (…), hoy un gran desafío para Bolivia y también para los demás países de la región, es saber defender sus democracias”, acotó.
Abrao subrayó que existe una formula aplicada recientemente en países del continente como Estado Unidos, Brasil y Bolivia, donde también se procedió a acciones de desestabilización del sistema democrático.
“Muchos países han estado viviendo una situación en la cual se ha generado una cierta metodología de desestabilización y de enflaquecimiento de las instituciones democráticas en el mundo. Un proyecto de esa naturaleza, es un proyecto que abre espacio para el autoritarismo, abre espacio para proyectos políticos que no tienen corresponsabilidad con las demandas sociales, ni se vincula directamente con los principales desafíos estructurales y coyunturales, especialmente en nuestra región que tiene déficits históricos en materia de discriminación, materia de superación de la desigualdad y en materia de reconocimiento de derechos”, sostuvo.
De acuerdo con el experto, estas fórmulas coincidentes tienen tres momentos estratégicos: 1. La generación de sentimientos de desconfianza cívica en los sistemas electorales y la institucionalidad misma del Estado; 2. La desinformación y la diseminación de fake news por diversos medios, incluso los tradicionales medios de prensa; y 3. La activación de grupos extremistas radicales muchas veces armados, con disposición incluso de atacar la institucionalidad pública, “como pasó recientemente en Estados Unidos en la invasión del Capitolio, esa experiencia Bolivia la vivió y en Brasil estamos enfrentando”, dijo.
Indicó que, en el pasado, el autoritarismo en la región se mostraba mediante la toma del poder por parte de militares y la ocupación de los poderes del Estado como el Legislativo, Ejecutivo, etc., en cambio ahora, que existen otras características.
“Es la razón por la cuál para nosotros es fundamental generar una discusión con toda la sociedad sobre cómo evitar estos procesos o en los casos de los países que han pasado por esas experiencias de extrema violencia, cómo evitar la repetición de estos hechos, cómo evitar que luego se retome el lenguaje de la violencia política en la disputa del poder o las protestas promoviendo la división social”, enfatizó.
Lamentó que se siga tergiversando los sucesos de 2019. “Es inaceptable que todavía hoy se pueda intentar expresar negacionismo
sobre las graves violaciones a los derechos humanos que han pasado en este país en 2019. Como inmediatamente ocurrió en aquel momento, cuando las autoridades del país, decían que no eran verdad las masacres, que no había represión, que efectivamente todo estaba muy bien
, y la presencia de la comisión interamericana, de la comunidad internacional, la organización de los actores sociales, enfrentó ese estado de negación y desinformación para poder defender un mínimo de espacio que les permitiera incluso recuperar la democracia de manera pacífica y ejemplar”.
En ese sentido, recomendó a todas las instituciones del Estado, trabajar por la reparación integral para las víctimas de 2019 y acotó que ese será el único camino posible para la reconciliación nacional.
“Aquellas personas que sufrieron en su piel las consecuencias más mediatas de una desestabilización institucional de sectores que no tienen compromiso con la agenda de derechos humanos, ni con la agenda de la democracia, y eso no tiene que ver con la concepción política del partido A o del partido B, tiene que ver con principios de derechos humanos”, concluyó.
/Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional