En la Feria del Libro en Argentina, Alvaro García Linera participó de la presentación del volumen que reúne 33 conferencias, entrevistas y textos suyos, publicado por el CCC y la UNGS. El exvicepresidente boliviano analizó el escenario político global, en particular el de América Latina, y planteó caminos posibles para enfrentar el avance de la extrema derecha.
La teoría es una guía para la acción”, añadió, y aclaró: “No es un libro sobre Bolivia sino uno hecho desde Bolivia, que desde la experiencia particular debate y reflexiona sobre el cambio en el mundo y en el continente en clave general”. Todo, desde lo que confiesa como una obsesión: el cómo transformar el mundo.
Para todas y todos los presentes, la charla de pronto se convirtió en más que una presentación, para pasar a ser un adelanto: de eso que no llegó a ser incluido en la edición –porque llega hasta el 2021–; y de eso que viene, para las y los que vendrán. Así, en forma de nueve hipótesis hiladas finamente, García Linera explicó sus pensamientos sobre lo que sucede hoy a nivel político en el mundo y en América Latina. Y qué entiende él como las soluciones o caminos a seguir para evitar aquello que se asoma indefectiblemente por un horizonte cercano: una derecha extremista.
“El mundo ha extraviado el horizonte predictivo”, comezó, dando la razón principal que sostiene el escenario actual: en el que las grandes ideas de globalización y libre mercado parecen resquebrajarse; en el que la unipolaridad de Estados Unidos se debilita y da lugar a lo que entiende como tiempos de «reconfiguración de territorios de influencia». Y en el lugar de estas certidumbres que dejan de ser tales queda un “tiempo suspendido”.
El problema más grande es que, en busca de un horizonte de previsibilidad, las sociedades se aferran a aquello que les dé certidumbre. “Y no van a preguntar si es de izquierda o de derecha”, señaló García Linera, y añadió que la centroderecha ya no es tal, sino “una extrema derecha que emerge como reacción a la igualdad, peligrosa y transversal a todas las clases sociales”. En definitiva, una derecha que ha tenido un retorno luego de la primera oleada progresista en América Latina, pero que también ha experimentado el “error de un gobierno moderado”: “Si regresan, será para pisar nuestras cabezas al día siguiente”.
“América Latina está viviendo una segunda oleada progresista, pero no es una repetición de la primera porque está caracterizada por liderazgos moderados, administrativos de las grandes reformas de la primera oleada que han comenzado a entrar en un proceso de agotamiento por cumplimiento de lo que se propusieron o por efecto de un mundo que ha cambiado”, desarrolló García Linera como el diagnóstico del presente del continente, tiempos de “victorias cortas y derrotas cortas”.
El desafío: “recuperar el monopolio de la esperanza, el horizonte y las fuerzas del cambio de una nueva generación que nació y creció con nosotros”. Según él, las grandes reformas de esta segunda oleada están para darse: reforma tributaria, reconversión energética, redistribución, ampliación de derechos de la mano de las conquistas del colectivo de mujeres, reconstrucción de la unidad continental. “Esta década es cuando se habrá de elegir”, señaló, casi a modo de ultimátum. Y concluyó: “Esperemos estar a la altura de la historia para hacer que los que vienen sean los sujetos de transformación del mundo”.
Fuente: Página 12