Santa Cruz, Bolivia, 2 de agosto de 2025. El primer debate presidencial organizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) marcó un hito en la historia política. Entre las 8.50 y 11.40 (aproximadamente), ocho candidatos midieron fuerzas en un evento que, aunque previsto como un espacio para el intercambio de ideas, se tornó por momentos en un escenario de enfrentamientos directos, acusaciones y cruces verbales.
El foro, realizado en el hotel Radisson de Santa Cruz y respaldado por la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) y la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB), se desarrolló bajo reglas estrictas que contemplaron bloques de propuestas, preguntas cruzadas y espacios de réplica.
A pesar del formato, la confrontación dominó la escena desde el inicio, al punto que varios momentos del debate se centraron más en el pasado reciente que en las propuestas para el futuro.
El candidato Pol Alianza Popular, Andrónico Rodríguez, fue el principal blanco de las preguntas de sus adversarios. Él mismo calificó el evento como un choque entre “dos visiones de país”. Junto con Eduardo del Castillo, del Movimiento Al Socialismo (MAS), trataron de defender la gestión del oficialismo en las últimas dos décadas, mientras intentaban posicionarse como figuras de renovación dentro de ese mismo proyecto político.
En la otra vereda, los postulantes Jorge Tuto Quiroga (Libre), Samuel Doria Medina (Unidad), Rodrigo Paz (PDC), Jhonny Fernández (La Fuerza del Pueblo), Manfred Reyes Villa (APB-Súmate) y Pavel Aracena (ADN) intentaron desmarcarse del MAS y de sus herencias. Todos ellos se identificaron como representantes de la derecha o “centro derecha”.
Los cruces más tensos ocurrieron entre Rodríguez y Quiroga. El senador lo interpeló por su rol en los conflictos sociales de 2002, mientras que el expresidente le devolvió la acusación señalando la responsabilidad de Evo Morales en otros episodios del pasado. Reyes Villa, por su parte, puso en duda la posición de Rodríguez sobre la reelección, en alusión al legado de Morales.
Del Castillo no se quedó atrás. Además de defender el accionar policial en la aprehensión de Luis Fernando Camacho en 2022, lanzó una pregunta incómoda a Rodríguez sobre la Ley 348, apuntando que este último propuso su modificación con argumentos ”machistas”. Rodríguez contraatacó reivindicando su labor legislativa y aseguró que modificará la Ley 348.
El debate evidenció el clima electoral tenso y la dificultad de construir un diálogo centrado en propuestas. Sin embargo, también expuso con claridad las líneas que dividen a los aspirantes: mientras algunos intentan reconstruir sobre el legado del MAS, otros buscan reposicionar figuras del pasado o consolidar nuevas alternativas.

