La “Marcha por la Patria”, que se apresta a ingresar a la ciudad de La Paz, forma parte de una lucha popular expresada en al menos 20 movilizaciones similares que, en los últimos 45 años, combatieron los golpes de Estado, defendieron los recursos naturales (RRNN), el territorio y frenaron la privatización de las empresas públicas. Ahora, las principales demandas son la defensa de la democracia y del gobierno legalmente constituido.
La marcha es un método de lucha moderada del movimiento obrero, indígena-campesino. “La marcha como modo de movilización y presión simbólica que utiliza el sacrificio del cuerpo como lenguaje de una exclusión y un sacrificio por el reconocimiento”, define el libro “Sociología de los movimientos sociales en Bolivia: estructuras de movilización, repertorios culturales y acción política”, escrito por Álvaro García Linera, Marxa Chávez León y Patricia Costas Monje.
En ese sentido, la marcha es una forma no sólo de movilización, sino de ocupación de territorios.
Resistencia y lucha contra el golpe de Hugo Banzer
Los sindicatos mineros con la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), en particular Catavi y Siglo XX, declararon huelgas de corta duración, y luego de la realización del XVI Congreso Minero se decretó la huelga general en 1976, ante la ocupación militar de los centros de la minería nacionalizada.
En 1977 la FSTMB, los Comités de Amas de Casa, las organizaciones vecinales de Cochabamba, grupos kataristas y sobre todo estudiantes se movilizaron en apoyo a la huelga de hambre de cuatro mujeres mineras (extrema medida que mantuvieron durante 22 días en compañía de sus 14 hijos), acción que los fabriles apoyaron con paros contra la dictadura militar de Hugo Banzer Suarez.
Resistencia al golpe de Alberto Natusch Busch
La movilización popular obligó a la renuncia del coronel Alberto Natusch Busch, quien había asumido tras un golpe de Estado.
“En las jornadas de noviembre participaron, por primera vez de forma conjunta, las organizaciones obreras, un sector del sindicalismo campesino liderizado por Genaro Flores y, en las ciudades, sobre todo en La Paz, Cochabamba y Oruro, cientos de personas: estudiantes, trabajadores, etc., que salieron a las calles de su zona o acudieron a la plaza San Francisco para construir barricadas. Todo este bloque, que giraba alrededor de la apelación discursiva y la estructura de la Central Obrera, impidió con éxito que el coronel Natusch Busch se quedase en la Presidencia de la República, viéndose éste obligado, después de dos semanas de detenciones, masacres y huelga general, a renunciar”, indica el libro citado.
Movilizaciones contra la UDP
Una vez recuperada la democracia, la COB se movilizó contra el gobierno democrático de Hernán Siles Suazo por la negativa de éste de aceptar la propuesta de la Central Obrera, llamada el “Plan de Emergencia”, que proponía la participación de los trabajadores a través de la COB “en la composición del gobierno (…), la cogestión mayoritaria de los trabajadores en las empresas productivas del Estado y otras demandas”.
Columnas de miles de mineros llegaron a La Paz
La “marcha por la vida” contra el neoliberalismo
Durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, se realizó la “Marcha Por la Vida y la Paz”, iniciada en agosto de 1986, convocada en gran parte por la dirigencia de la FSTMB, congregó a todos los trabajadores de los centros mineros. Llegaron desde San José, Huanuni, Siglo XX, Llallagua, Catavi y Uncía, emprendiendo, desde Oruro, la marcha hacia la ciudad de La Paz, para reclamar por el cierre de minas y el despido de los trabajadores de sus fuentes de trabajo.
Marcha contra la privatización de empresas públicas
En enero de 1992, durante el gobierno de Jaime Paz Zamora, se convocó a los diversos sectores a las marchas contra la privatización.
En marzo, estas medidas fueron adoptadas por el llamado Comité de Defensa de la Educación.
Año 2000. “Guerra del agua”
La Guerra del Agua es el nombre de una serie de protestas que tuvieron lugar en Cochabamba, entre los meses de enero y abril de 2000. Su detonante fue la privatización del abastecimiento de agua potable municipal.
En febrero de 2000, impulsada por el Banco Mundial, la multinacional Bechtel firmó un contrato con Hugo Banzer, presidente de Bolivia, para privatizar el servicio de suministro de agua a Cochabamba. Poco después, surgieron quejas sobre el aumento de las tarifas del agua (servicio del que se carecía hacía varios años en la ciudad); las mismas se habían elevado en más de un 50 por ciento hasta llegar a un 300%. El gobierno de entonces invalidó el contrato con Bechtel.
- Marcha por una Asamblea Constituyente
Ese año se inició la marcha por la Asamblea Constituyente de los Pueblos Indígenas, principalmente del oriente, y también de organizaciones indígenas del sur occidente del país.
- Marcha contra el “impuestazo”
El 2003 comenzó con las movilizaciones cocaleras y de los rentistas jubilados. Cinco mil jubilados, a la cabeza de su dirigente Wenceslao Argandoña, iniciaron una marcha desde Patacamaya reclamando la anulación del artículo 3 de la Ley de Mantenimiento de Valor.
- Marcha en defensa del gas
Se dio inicio a una marcha de protesta que estaba compuesta por campesinos aymaras, choferes, vecinos de El Alto, alumnos de la UPEA y otros sectores que rechazaban la venta de gas por puertos chilenos, el ALCA, y exigían la liberación incondicional del dirigente Edwin Huampu, que había sido detenido acusado de asesinato, cuando en realidad se trataba de la aplicación de la justicia comunitaria hacia dos jóvenes acusados de robar ganado. Los marchistas, que se congregaron en Huarina, llegados de las veinte provincias arribaron a El Alto e ingresaron hasta la ciudad de La Paz. Esto dio inicio al ciclo de protestas llamada “Guerra del Gas”, que culminó con la renuncia del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Movilización por la aprobación de la Constitución
En 2008, se realizó una marcha pidiendo que el Parlamento apruebe la ley del referendo dirimidor constitucional para que democráticamente, con su voto, decida el futuro de Bolivia.
El entonces presidente, Evo Morales, encabezó la marcha que se dirigió hacia La Paz para reclamar una nueva Constitución, informó el portal noticioso EuropaPress.
Movilizaciones para exigir elecciones a Jeanine Áñez
El 24 de noviembre de 2019, Jeanine Áñez firmó una ley de convocatoria a nuevas elecciones generales fijadas para el 3 de mayo.
Debido a los afanes de Áñez para prorrogarse en el Gobierno, a la cabeza de la Central Obrera Boliviana (COB) las organizaciones del Pacto de Unidad, iniciaron movilizaciones y bloqueos de caminos en agosto de 2020 exigiendo elecciones generales para el 6 de septiembre.
Más de 75 puntos de bloqueo se evidenciaron en todo el país, exigiendo la recuperación de la democracia.
Presionada por las movilizaciones populares que ya exigían su renuncia, Áñez promulgó el 13 de agosto una ley que fijó los comicios generales, poniendo como fecha máxima el 18 de octubre de 2020.
Marcha por la Patria, en defensa de la democracia
Mediante el instructivo DN/MAS-IPSP N°9/2021 del 16 de noviembre, la dirección nacional del Movimiento Al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) convocó a toda su militancia a participar de “una gran marcha en defensa de la democracia y en apoyo al presidente Luis Arce Catacora”.
Así las nueve direcciones departamentales, regionales, provinciales, municipales, distritales, urbanos y otros se organizaron para las 08.00 del martes 23 de noviembre en el municipio de Caracollo del departamento de Oruro.
La decisión se asumió cinco días antes del instructivo, es decir, el 11 de noviembre en un contexto marcado por la violencia generada por sectores cívicos, sobre todo de Santa Cruz y Potosí, que convocaban a un paro cívico en contra del Gobierno nacional desde el 8 del mismo mes, día en el que Luis Arce cumplía un año en la Presidencia.
La violencia provocó la muerte de un campesino el martes 9 de noviembre en Potosí, luego de que un grupo de cívicos y sus afines desalojaran con agresiones físicas a campesinos que se encontraban en la plaza principal de la urbe para conmemorar al departamento en la víspera de la efeméride.
Evo Morales, líder del MAS-IPSP, sostuvo que la movilización representa una respuesta pacífica contra las acciones golpistas de la derecha en contra del Gobierno y los resultados de las elecciones presidenciales del 2020, cuando Luis Arce obtuvo una victoria con el 55,11%.
“¿Por qué la marcha? Lamentablemente hay grupos en Bolivia que no respetan el más de 55% de los resultados de las elecciones del año pasado, hablan de democracia, pero son los primeros en no respetar el resultado de las elecciones”, dijo.
Sectores de oposición al Gobierno nacional fueron protagonistas de amenazas al proceso democrático. El 19 de febrero, el entonces candidato a gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, amenazó al presidente Arce: “No se olvide cómo salió Evo Morales”.
El 5 de agosto, el presidente del Comité Pro Santa Cruz, Rómulo Calvo, advirtió “que tiene la receta para tumbar al dictador” en referencia al presidente. Eso no fue todo. El 4 de octubre, el abogado del comité cívico cruceño, Carlos Martín Camacho, difundió un mensaje en su cuenta en la red social Twitter: “Alisten el avión a México”. El jurista hizo referencia a cuando Morales tuvo que salir del país para salvar su vida en el golpe del 2019.
El 10 de noviembre, Calvo habló, en su discurso sobre el paro cívico indefinido, de “tumbar al Gobierno” e incluso mencionó que se jugaba una “última carta”.
“No es posible que los golpistas y masacrados del golpe del 2019, sigan paseando por las calles y encima agitando para volver a intenta otro golpe”, cuestionó Morales.
Rumbo a La Paz
Como estuvo planificado, la medida pacífica denominada Marcha por la Patria partió del municipio de Caracollo del departamento de Oruro la mañana del martes 23 de noviembre.
El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce, quien participó del inicio y durante la movilización, aseguró: “El pueblo boliviano, hermanas y hermanos, exige respeto a la democracia; el pueblo boliviano no quiere ya que se resuelvan los problemas con violencia; por eso, le apostó a la democracia y esta marcha que inicia es claramente la demostración que el pueblo boliviano exige categóricamente el respeto del voto”.
El 18 de octubre de 2020, según los datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el MAS, que tuvo como candidato a Luis Arce, logró un respaldo nacional de 3.394.052 votos (55,11%) en comparación al 1.775.953 (28,83%) de Carlos Mesa, quien ocupó el segundo lugar como candidato de la alianza de oposición Comunidad Ciudadana (CC).
La marcha cuenta con la participación de Evo Morales, diplomáticos, autoridades nacionales, militantes del MAS, la Central Obrera Boliviana (COB), el Pacto de Unidad conformado por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia – Bartolina Sisa (CNMCIOB-BS), la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarios de Bolivia (CSCIOB), el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob), además de organizaciones sociales como juntas vecinales, gremiales, cocaleros, mineros cooperativistas, entre otros.
“El pueblo boliviano es el que se tiene que hacer respetar, lo dijimos, si no quieren respetar el voto popular en las urnas, lo haremos respetar en las calles, hermanas y hermanos”, aseguró el Jefe de Estado.
La ruta
Desde el 23 de noviembre, la marcha se trazó la siguiente ruta para recorrer un aproximado de 188 kilómetros: Caracollo, Panduro, Lahuachaca, Patacamaya, Calamarca, Achica Arriba y La Paz. En los diferentes puntos, recibió el respaldo del pueblo sin importar las inclemencias del clima.
El valor histórico de la movilización se concentra en su convocatoria, representación política y sectorial, sobre todo, por la participación de Evo Morales, como líder político que retorna a las calles en defensa de un proceso revolucionario impulsado desde su primer Gobierno el 2006.
“Al igual que otras grandes movilizaciones históricas, la Marcha por la Patria reúne a miles de hermanas y hermanos en una fuerza incontenible de defensa de la democracia. Esta es una marcha pacífica que se fortalece cada día con la dignidad y unidad de nuestro pueblo”, sostuvo Morales, quien además asegura que es la primera vez que ve una convocatoria masiva para una medida de esas características.
La columna masiva fue integrada por representantes de diferentes sectores de los nueve departamentos y del exterior. Por ejemplo, el embajador de Nicaragua en Bolivia, Elías Chévez y el embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, llevaron un mensaje de solidaridad a la marcha.
“Es un compromiso de honor estar aquí, hoy, junto a ustedes, marchando, apoyando esta Marcha por la Patria», dijo Basteiro en un acto en plena ruta. “Evo no está solo, Bolivia no está sola, estamos los pueblos de Latinoamérica para acompañar y seguir bregando por la patria grande”, acotó.
Arce cumplió el 8 de noviembre de 2021 un año en el cargo. En su primera gestión, aplicó medidas para contrarrestar las crisis política, económica, educativa y sanitaria en busca de la reconstrucción de Bolivia y su estabilidad tras el golpe de Estado de 2019.
La marcha se convirtió así en un gran encuentro entre los líderes del MAS con el pueblo boliviano para consolidar la unidad y la democracia tras el golpe de Estado de 2019.
“Estamos aquí porque hemos definido resolver nuestros problemas pacíficamente, por la vía democrática. En octubre de 2020 el pueblo tomó una decisión, quiere un gobierno del pueblo para el pueblo y va a defender su voto. ¡Viva el pueblo boliviano!”, sostuvo Arce tras participar en la marcha el 27 de noviembre desde Calamarca rumbo a la masiva concentración en la plaza de San Francisco en La Paz.
Reportaje de la Agencia Boliviana de Información