Pronunciamiento público por la preservación del Museo de Historia Natural «Alcide d’Orbigny» y del predio donde se emplaza

Está en debate la construcción de un palacio de convenciones que quiere imponer el gobierno municipal de Cochabamba, en un predio expropiado con ese objeto en 1993, hace casi 30 años. El problema es que, con ese fin, quieren reubicar el museo Alcide Dórbigny, actualmente en funcionamiento y cuyo aporte a la ciencia y cultura es valioso, medida con la que además de poner en riesgo las especies vivas que están siendo preservadas en el museo según los responsables, con la construcción también eliminarán la mayor parte de la rica vegetación y biodiversidad existente en el predio.

Sin coordinar con las otras instancias de gobierno como establece la Ley 593 del 30 de octubre de 2014, es decir Ministerio de Culturas y Gobernación, ni con la Universidad Mayor de San Simón por su participación en la gestión científica y cultural del museo, el gobierno municipal promovió con el Colegio de Arquitectos de Cochabamba un concurso de ideas arquitectónicas, cuyos resultados no fueron socializados y al parecer están siendo descartados por el mismo gobierno municipal.

Como respuesta, la justificación del gobierno municipal, a través de sus voceros, redunda en el aparente riesgo de perder el predio en caso de no cumplirse con el objeto de la expropiación de 1993; también creen que porque el predio está a nombre del gobierno municipal y por la autonomía, tienen la prerrogativa pese a todo. De la misma manera, sin mayor reparo están manifestando que el proyecto representa desarrollo y modernidad, y que Cochabamba se convertirá en el centro de actividades culturales y del conocimiento, en linea con su presunta vocación. Por último, pasaron al ardid discursivo e imprudente de afirmar que el museo está monopolizado por una familia.

A partir de esta situación, corresponde señalar lo siguiente:

• Por normativa el predio está a nombre del gobierno municipal; por lo tanto, no pierde su condición de espacio público para el bien público. Consecuentemente, su uso no es privativo del gobierno municipal, menos para implementar un proyecto que la mayoría no quiere y que no se necesita. Si el problema es el cumplimiento del objeto de la expropiación de 1993, como también se quiere hacer creer, pues que el gobierno municipal tramite el cambio del objeto para no perder el predio, acción que seguramente tendrá respaldo masivo en Cochabamba.

• El predio, por la vegetación que contiene, está cumpliendo funciones ambientales insustituibles. Es un pequeño bosque en medio de la ciudad con importante aporte a la biodiversidad por las especies que alberga. Este es el valor del predio, en una ciudad con deficiencia de área verde y vegetación con aporte ecológico, contaminada con el discurso de ciudad jardín cuyo valor no trascendió la estética trivial de algunos jardines privados y en áreas suntuosas. La prueba es que Cochabamba está entre las ciudades más contaminadas atmosféricamente en Latinoamérica.

• Por las necesidades básicas en zonas de varios distritos del municipio, la inversión pública no debería destinarse a edificaciones ostentosas alejadas del beneficio mayor. Estas necesidades son las mismas de hace varias décadas, la mayoría con origen en las primeras gestiones del actual Alcalde, en el mismo cargo, cuando la política municipal se caracterizó, por un lado, por facilitar la conformación de más asentamientos urbanos en zonas no permitidas y, por otro lado, priorizando la inversión pública en el maquillaje de algunas zonas de la ciudad, y sobre todo, en la extensión de redes de servicios hacia lugares deshabitados para habilitar y valorizar suelo, que luego fue destinado a la construcción de equipamientos y condominios privados de alta renta. Gestión inmobiliaria desde la municipalidad en beneficio directo de mercaderes del suelo como MAREVI.

• El proyecto, cualquiera sea de esa magnitud y características, no puede estar pensado solo del perímetro del terreno hacia adentro, porque previsiblemente tendrá impacto en el entorno donde se emplaza. La pregunta es: ¿Se pensó al respecto en el gobierno municipal, considerando además que desde 1993 han transcurrido cerca de 30 años y es posible que la ciudad y necesidades hayan cambiado?. Algo en lo que debemos convenir por los problemas actuales en nuestras ciudades, es que la gestión pública debería tener como base la planificación integral y el cuidado del bien común, antes que construir proyectos descontextualizados y discordantes con las necesidades.

• La idea de progreso en el gobierno municipal, la que está siendo expuesta por sus voceros, es lamentable porque está asociada a más cemento y menos naturaleza, nuevamente están maquillando algunas partes de la ciudad reproduciendo lo ocurrido décadas atrás. Lo propio con el falso y poco creativo discurso de que ese palacio de convenciones promoverá la intelectualidad, la cultura y el conocimiento, porque a tiempo de demostrar que poco o nada conocen al respecto, es poco intelectual pensar que el resto, la mayoría en realidad, aceptaremos esos argumentos.

• Por la naturaleza cambiante de lo que se expone desde el gobierno municipal y que ahora suma el relato desgastado del anticochabambinismo, denota que se agotaron sus recursos; recientemente advirtieron que “la decisión ya está tomada”. Esa postura que resta valor a lo que la mayoría quiere y a la Ley Nro 593 que busca proteger y preservar el patrimonio, también está confirmando las limitaciones de los voceros municipales. De la misma manera, es inocente creer que con el pretexto de la autonomía cualquier entidad pública puede arrogarse acciones privativas con bienes públicos, puesto que por norma es obligación de los gobiernos autónomos registrar a su nombre un espacio público, acto necesario que no privatiza el bien en favor de nadie.

• En conclusión, la ciudad de Cochabamba está congestionada y saturada porque concentra los principales equipamientos cívicos, administrativos, políticos, de abasto, etc., y por sus vías circulan la mayor parte de automóviles, principalmente del transporte público de toda la región, no solo del municipio; la ciudad adolece de espacios públicos adecuados, sobre todo de áreas verdes y de vegetación. En consecuencia, apelando a criterios básicos de planificación y a un mínimo de sensibilidad con la ciudad de Cochabamba, se debería mirar la región metropolitana para localizar otro terreno y así ayudar a desconcentrar el municipio de Cochabamba. Con seguridad hay otros lugares que bien podrían convertirse en nuevos centros de dinamización económica.

• Queda persistir en la defensa del predio e instar al gobierno municipal de Cochabamba a que cumpla la Ley 593. Es necesario remarcar sobre la importancia de la coordinación y de un diálogo con tono asertivo, porque la insistencia en argumentos refutables y agresivos del gobierno municipal ya pone en duda el interés que exponen. #ElMuseoNoSeMueve

Colectivo Kanata.

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